Las embarazadas que comen más de noche tienen más riesgo de coger peso

Centrar la ingesta de alimentos a partir de las siete de la tarde durante el embarazo podría aumentar el riesgo de retención de más de cinco kilos de peso después del parto, con los riesgos que esto conlleva.
Embarazada comiendo de noche

Una nueva investigación, llevada a cabo por miembros del KK Women’s and Children’s Hospital (Singapur) ha encontrado que las mujeres embarazadas que comen la mayoría de alimentos del día a partir de las siete de la tarde podrían tener más del triple de riesgo de mantener más de cinco kilos de peso corporal tras 18 meses posparto.

PUBLICIDAD

El estudio se realizó con una muestra de 687 embarazadas, que cumplimentaron un cuestionario sobre sus hábitos alimenticios y que fueron sometidas a un seguimiento hasta los 18 meses tras el parto. Los resultados, que se han publicado en la revista Nutrients, mostraron que el cuerpo se ha acostumbrado a metabolizar los alimentos durante el día y descansar por la noche, por lo que alterar este ciclo podría interrumpir el ciclo metabólico de órganos como el páncreas, el estómago, el hígado o el tejido adiposo.

Comer por las noches altera el metabolismo y aumenta el riesgo de obesidad y problemas asociados tras el parto

Por ello, comer mucho por las noches, o llevar una dieta de poca calidad durante la gestación podría hacer que se aumente de peso durante el embarazo y que gran parte de él no se pueda perder tras el parto. Según Fabian Yap y el resto de los autores, los estudios evidencian que subir mucho de peso después del primer año posparto se ha asociado a un Índice de Masa Corporal (IMC) más alto incluso 15 años después.

PUBLICIDAD

Cómo evitar la retención de peso tras el parto

Pero mantener más de cinco kilos del embarazo después de dar a luz parece que tiene más consecuencias negativas que coger peso en cualquier otra etapa de la vida, pues la grasa corporal que se retiene se suele acumular en el abdomen –llamado grasa visceral–, esto, sumado a que comer tarde está relacionado con una hora de acostarse más tardía, hace que aumente el riesgo de obesidad, problemas cardiovasculares y complicaciones en futuros embarazos.

En base a los resultados, los autores han recomendado que las mujeres embarazadas adecúen su alimentación para que tanto los bebés como ellas reciban todos los nutrientes necesarios. Entre estos consejos se encuentra el incluir los granos enteros en la dieta, las frutas y verduras, y los productos lácteos con un bajo contenido de grasa.

PUBLICIDAD

Además, insta a reducir la ingesta de alimentos salados, grasos y azucarados y a adelantar las horas de las comidas, haciendo que las últimas sean las más ligeras. Aun así, los investigadores han subrayado que es necesario realizar más estudios que comprueben estos resultados en un grupo más elevado de embarazadas antes de sacar conclusiones precipitadas.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD