Primera evidencia de que la leucemia infantil se puede prevenir

Prevenir la leucemia infantil podría ser posible con una nueva estrategia probada en ratones que impide que se produzcan alteraciones genéticas que elevan el riesgo de padecer este cáncer y elimina células preleucémicas sin afectar a las sanas.
Leucemia infantil se podría prevenir

08/02/2022

Un estudio internacional en el que han participado científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha encontrado una estrategia para prevenir el desarrollo de la leucemia infantil que ha demostrado su eficacia en pruebas con ratones. En concreto, los investigadores han descrito una vía para impedir que las células preleucémicas desemboquen en la leucemia linfoblástica de células B. Los resultados del trabajo se han publicado en Cancer Research, de la American Association for Cancer Research.

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La leucemia linfoblástica aguda de células B es la forma más común de cáncer infantil. Un 5% de los niños que nacen sanos presenta alteraciones genéticas en las células B ­­–que se encuentra localizadas en el gen PAX5– que les predisponen a desarrollar esta enfermedad. Tener esta predisposición genética no significa que se vaya a sufrir leucemia, sino que para ello tienen que producirse otras mutaciones secundarias.

Ruxolitinib evita las mutaciones secundarias y elimina de manera específica a las células B preleucémicas sin afectar a las células B normales

Estas mutaciones secundarias se generan en la vía de señalización celular JAK/STAT y podrían estar originadas por un estrés inmunitario, una reacción que podrían desencadenar ciertas infecciones. La nueva investigación se ha basado en un enfoque preventivo para impedir que se produzcan estas mutaciones secundarias, y así, incluso en el caso de que hubiese predisposición genética, no se originaría la leucemia.

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Si se consigue detener estas mutaciones secundarias sería posible bloquear el desarrollo de la leucemia, aunque las células del individuo presenten la mutación inicial del gen PAX5. Es más difícil, sin embargo, corregir las mutaciones iniciales con las que nace el individuo, ya que estas se producen en los óvulos o el espermatozoide de los padres.

Prevenir la leucemia evitando las mutaciones genéticas secundarias

“En este trabajo hemos suministrado un fármaco (ruxolitinib) a ratones con el gen PAX5 mutado, y en el momento de exposición a la infección que genera el estrés inmunitario, con el fin de erradicar las células preleucémicas”, explica investigador Isidro Sánchez-García, investigador del Centro de Investigación del Cáncer (CISC-Universidad de Salamanca), que ha participado en el estudio. Este medicamento inhibe la vía de señalización JAK1/2, evita las mutaciones secundarias y elimina de manera específica a las células B preleucémicas (con la mutación del gen PAX5) sin afectar a las células B normales.

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“La condición previa para el desarrollo de la enfermedad es que el gen PAX5 esté mutado, pero la progresión de la misma no se presenta hasta que el estrés inmunitario facilite la aparición de mutaciones en la vía de señalización JAK/STAT”, concreta Sánchez-García. “Por tanto, la leucemia infantil podría prevenirse si se evitara la aparición de estas mutaciones secundarias”, añade.

Este estudio ha proporcionado la primera evidencia in vivo de que esta estrategia puede prevenir el desarrollo de la leucemia linfoblástica aguda de células B. Solo uno de los 29 ratones tratados con el fármaco ruxolitinib, llego a desarrollar la enfermedad, mientras que de los 34 ratones expuestos a la infección y a los que no se administró el tratamiento de ruxolitinib, ocho la desarrollaron.

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Este método preventivo se podría aplicar a otros casos de susceptibilidad genética a la leucemia infantil en los que las mutaciones secundarias presentes en los estadios leucémicos guíen la identificación de vulnerabilidades dentro de la población de células B preleucémicas. El hallazgo también resalta la importancia de investigar en profundidad los enfoques específicos dirigidos a eliminar a las células B preleucémicas como medio para prevenir la aparición de la leucemia linfoblástica aguda de células B.

El trabajo ha sido llevado a cabo por parte de investigadores del Centro de Investigación del Cáncer (CIC-IBMCC, centro mixto de la Universidad de Salamanca-CSIC) en estrecha colaboración con investigadores de St. Jude Children's Research Hospital (EE.UU.) y de Novartis Institutes for BioMedical Research (Suiza), y el proyecto ha contado con el apoyo de la Fundación Unoentrecienmil a través del proyecto Cunina.

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Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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