Fiebre infantil, cómo actuar
La fiebre es uno de los síntomas que más preocupan a los padres, sin embargo, deben comprender que es un aliado frente a las infecciones. Aprende cómo actuar si aparece y recuerda: vigila al niño, no al termómetro.

Convulsiones febriles, qué hacer y qué no hacer

Ramón Ugarte

Por: Ramón Ugarte

Pediatra del Centro de Salud Olaguibel, Vitoria-Gasteiz

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

La única situación desagradable, aparatosa y muy estresante relacionada con la fiebre que puede acontecer a un 3-5% de los niños (de edades comprendidas entre los seis meses y los cinco años) es la convulsión febril. Las convulsiones febriles típicas son benignas, no dejan secuelas ni hacen que el niño tenga en el futuro más riesgo de padecer epilepsia.

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Es normal que unos padres que tiene un hijo que ha sufrido una convulsión febril intenten evitar una segunda convulsión recurriendo a tratar la fiebre con todo tipo de medidas. Lo más importante es saber que el tratamiento agresivo de la fiebre recurriendo a medios físicos o usando medicamentos antitérmicos (ibuprofeno o paracetamol) para bajar la fiebre no ha demostrado ser eficaz para evitar estas complicaciones. Además, la toxicidad potencial de estos fármacos, hace que esté contraindicado dar antitérmicos por este propósito.

A las familias de los niños que han tenido una convulsión febril su pediatra les instruirá sobre cómo actuar y les indicará qué tratamiento deben administrar al niño en el caso de que la convulsión no ceda espontáneamente.

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Bajar la temperatura corporal teniendo al niño febril desnudo o dándole un baño en agua tibia hace que temporalmente baje la temperatura a la vez que se derrocha toda la energía (calorías) que ha empleado ese niño para pasar de una temperatura normal a fiebre. En este contexto, el hipotálamo (su termostato) le obligará nuevamente a alcanzar la temperatura adecuada para combatir la infección y eso supondrá un gasto extra de calorías, que muchas veces no podrá ser satisfecha mediante la utilización de hidratos de carbono (azúcares) y el niño se verá obligado a quemar grasa, apareciendo acetona y empeorando el estado general del niño.

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Creado: 9 de marzo de 2012

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