Mocos en bebés y niños: soluciones para eliminarlos
La mucosidad en las vías respiratorias de bebés y niños pequeños es muy frecuente, y aunque los mocos no son dañinos, pueden ser muy molestos. Te explicamos los mejores métodos para ayudar a tu hijo a eliminarlos.
Existen mecanismos sencillos para ayudar a los bebés a eliminar su exceso de moco. Esto puede hacerse unas 3-4 veces al día, preferiblemente antes de las tomas para que puedan comer mejor, y también antes de dormir:
Ofrecer agua: lo más obvio y sencillo, aunque a veces nos olvidamos. Un buen estado de hidratación es fundamental para que el moco se haga más líquido, menos espeso, y sea más fácil de eliminar por medio de la tos.
Ambiente húmedo: los ambientes cálidos y resecos irritan la vía respiratoria, produciendo de forma reactiva más moco. Por el contrario, un ambiente rico en humedad mejora la producción de moco. No es necesario disponer de un humidificador; mecanismos sencillos como poner un vaso o recipiente lleno de agua cerca de la fuente de calor de la habitación, para que se vaya evaporando de forma natural en el ambiente, es igualmente eficaz. Hay que tener cuidado con los humidificadores, porque en ellos pueden crecer esporas y hongos que pueden ser perjudiciales para la salud de los pequeños.
Lavado nasal: siempre se debe hacer con el bebé tumbado y con la cabeza hacia un lado. Con una jeringuilla o un spray se aplica suero en la fosa nasal que queda arriba, mientras se tapa la fosa que queda abajo. A continuación se gira la cabeza hacia el otro lado y se repite la misma operación. El lavado nasal se puede hacer con varias sustancias:
Suero fisiológico: es el método más habitual. Las ampollas de suero fisiológico pueden encontrarse en cualquier farmacia o supermercado.
Suero hipertónico: se trata de suero con más cantidad de sal que el suero fisiológico, y se puede comprar en farmacias. Actualmente puede utilizarse en niños de todas las edades, incluso en recién nacidos.
Agua de mar: al igual que el suero hipertónico, es agua con más cantidad de sal, que es capaz de disolver de forma más eficaz el moco para que sea eliminado por el niño. En cualquier caso, para los lavados nasales pueden utilizarse jeringuillas (en las que nosotros mismos aplicamos la presión con el émbolo) o sprays, directamente de la farmacia. Estos últimos son más seguros, ya que al estar clasificados por edad, la cantidad a administrar y la presión ya están predeterminadas, con lo que molestaremos menos al niño.
Aspirado nasal: los aspiradores nasales son cada vez menos recomendados, ya que a la larga hacen el efecto contrario al deseado, al irritar aún más la mucosa respiratoria y aumentar el círculo vicioso del moco. Existen aspiradores de cánula, eléctricos, en forma de pera ergonómica…, e incluso pinzas para extraer los mocos. Jamás debemos utilizar bastoncillos para intentar eliminar mocos de la nariz, porque podemos dañar la mucosa con los movimientos del niño, e incluso impactar cuerpos extraños.
Cómo prevenir el contagio de catarros en niños
Por lo general los niños suelen contraer entre siete y 10 procesos catarrales cada año, y los mocos vienen asociados a ellos, por lo que la única forma de evitarlos es prevenir el contagio de estas infecciones, que se transmiten a través de la tos, los estornudos, los mocos, o el contacto con objetos contaminados. Las medidas que pueden ayudar a prevenirlo son:
Evitar estar en contacto con personas que tengan catarro o gripe.
Utilizar pañuelos de papel de un solo uso para limpiar los mocos.
Vigilar al niño para que no se lleve a la boca juguetes u otros objetos que comparta con otros niños (sobre todo si están resfriados).