Cómo saber si tu hijo padece encopresis infantil

La pérdida ocasional o escape de heces de forma aislada en un niño no es sinónimo de encopresis infantil, ni significa necesariamente que sufra incontinencia fecal, sino que es necesario que esta situación se repita durante varias semanas para poder establecer el diagnóstico de encopresis.

La Asociación Española de Pediatría y la Academia Americana de Psiquiatría establecen una serie de criterios necesarios para diagnosticar encopresis o incontinencia fecal en la infancia, y que son:

• Evacuación repetida de heces en lugares inadecuados (en la ropa interior, en el suelo…), de forma involuntaria o de manera intencionada.
• Que se de por lo menos un episodio de este tipo al mes durante un mínimo de tres meses.
• Edad cronológica o mental del niño superior a cuatro años.
• La pérdida de heces no debe producirse en el contexto de toma de medicamentos (como laxantes), ni estar asociado a una enfermedad médica, excepto a través de un mecanismo que implique estreñimiento.

Para ayudar a identificar este problema en nuestros hijos o alumnos, hay que saber que suelen darse tres condiciones en estos casos:

• Es muy habitual que el niño pida ir al baño, pero que “no le dé tiempo a llegar”.
• Las heces pueden tener un aspecto anormal (a veces son heces muy grandes).
• El niño suele mantener este problema en secreto.

Ante cualquier sospecha de encopresis, o si el pequeño muestra signos que indiquen que no realiza una evacuación normal, conviene consultar siempre con el médico o pediatra, que tras analizar al niño le pautará el tratamiento más adecuado para su caso.