Fimosis en bebés y niños: cuándo operar
Si tu bebé tiene fimosis, seguramente se resolverá espontáneamente antes de que cumpla los tres años y, si no es así, existen tratamientos muy efectivos para corregir este trastorno. Conoce todas las opciones.

Qué es la fimosis y qué la causa

Por: María Dolores Tuñón

Médico Residente de Medicina Familiar y Comunitaria

Actualizado: 27 de febrero de 2024

Qué es la fimosis

La fimosis se produce cuando el prepucio, que es la piel que recubre el pene, es demasiado estrecho para retraerse (total o parcialmente), e impide que el glande (la cabeza del pene) quede descubierto. 

En los bebés y niños pequeños, la fimosis es bastante común y no se considera un trastorno serio. A menudo, se considera parte del desarrollo normal, ya que el prepucio puede ser naturalmente no retráctil en los niños pequeños. Con el tiempo, el prepucio suele volverse más flexible y capaz de retraerse. Esto ocurre en la mayoría de los niños a medida que crecen, y la fimosis se resuelve por sí sola en casi la mitad de los casos durante el primer año de vida, y hasta en el 90% de los niños antes de que cumplan los tres años.

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Diferenciación entre fimosis fisiológica y patológica

Es crucial diferenciar entre fimosis fisiológica y patológica:

  • Fimosis fisiológica se refiere a la incapacidad no patológica para retraer el prepucio en niños pequeños, considerada una parte normal del desarrollo. El prepucio puede estar naturalmente adherido al glande y, por lo general, se separa gradualmente a medida que el niño crece.
  • Fimosis patológica se refiere a la incapacidad para retraer el prepucio debido a una enfermedad, infección, cicatrización o una afección adquirida.

Repercusiones de la fimosis: cuándo preocuparse

La fimosis en bebés raramente es grave. La mayoría de los casos de fimosis en bebés y niños pequeños son del tipo fisiológico y tienden a resolverse sin intervención médica a medida que el niño crece. Sin embargo, si hay síntomas de infección, dificultad para orinar, dolor o si la fimosis persiste más allá de la infancia, se recomienda buscar asesoramiento médico para una evaluación adecuada y, si es necesario, tratamiento. Estas son algunas situaciones en las que puede necesitar atención médica o pediátrica:

  • Infecciones: un prepucio que no se puede retraer puede dificultar la limpieza adecuada del área, lo que podría aumentar el riesgo de infecciones, como la balanitis (inflamación del glande).
  • Problemas al orinar: en casos severos, la fimosis puede causar dificultad para orinar, hinchazón del prepucio durante la micción o un chorro de orina débil.
  • Parafimosis: esta es una condición relacionada pero distinta, donde el prepucio retraído queda atrapado detrás del glande y no puede volver a su posición normal, lo que puede causar hinchazón y dolor del glande. La parafimosis es una emergencia médica.

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Es importante consultar a un pediatra o a un urólogo pediátrico para obtener un diagnóstico adecuado y, si es necesario, un plan de tratamiento. La decisión de intervenir se basa en la presencia de síntomas, no solo en la incapacidad para retraer el prepucio.

Causas de la fimosis en bebés y niños

Si está presente desde el nacimiento –lo que se conoce como fimosis primaria–, la causa de la fimosis es en realidad una deficiente formación del aparato genitourinario durante la gestación.

Cuando aparece posteriormente –fimosis secundaria–, suele deberse a las retracciones bruscas del prepucio del bebé por parte de los familiares para su higiene. Hace años se manipulaba la piel del prepucio en los bebés para intentar replegarla cuando esto no ocurría de forma espontánea; actualmente, por el contrario, se aconseja a los padres que no fuercen esta dilatación porque resulta doloroso para el niño y, además, se provocan heridas o pequeños traumatismos que, al cicatrizar, causan adherencias que impiden la correcta retracción de la piel del prepucio.

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Factores contribuyentes o de riesgo de fimosis en la infancia

  • Adherencias prepuciales: las adherencias entre el prepucio y el glande son comunes en los niños pequeños y pueden contribuir a la fimosis. Estas adherencias suelen resolverse solas con el tiempo.
  • Infecciones: las infecciones repetidas, como la balanitis (inflamación del glande) o la postitis (inflamación del prepucio), pueden causar cicatrización y contribuir a la fimosis.
  • Cicatrización: cualquier lesión o cirugía previa en el área del prepucio que resulte en cicatrización puede llevar a una fimosis patológica, donde el tejido cicatricial impide la retracción normal del prepucio.
  • Higiene inadecuada: una limpieza inapropiada puede aumentar el riesgo de infecciones, lo que a su vez puede llevar a la fimosis debido a la inflamación y cicatrización.
  • Fuerza de retracción: intentar retraer el prepucio de manera forzada antes de que esté naturalmente listo para hacerlo puede causar pequeñas lesiones, cicatrización y, eventualmente, fimosis.

Creado: 4 de octubre de 2011

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