La apnea del sueño en niños puede alterar su desarrollo

El síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) residual durante la infancia puede provocar en los niños afectados problemas de desarrollo y crecimiento, e incluso trastornos neurocognitivos y cardiovasculares.
La apnea del sueño en niños puede alterar su desarrollo
Niña con síntomas de sufrir apnea del sueño.

El síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) residual durante la infancia puede provocar en los afectados alteraciones del comportamiento diurno, problemas de desarrollo y crecimiento, e incluso trastornos neurocognitivos y cardiovasculares.

El SAHS se cura en el 80% de los niños, sin embargo, el 20% restante continúa presentando ronquidos y pausas respiratorias de apnea durante la noche, que les ocasionan alteraciones de comportamiento durante el día, con las consiguientes repercusiones sobre su salud.

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Los trastornos del sueño en los niños se deben abordar desde un enfoque multidisciplinar en el que intervengan especialistas en diversas áreas terapéuticas como neurólogos, neurofisiólogos, neumólogos y pediatras.

Para evaluar la apnea del sueño en niños, deben intervenir especialistas en diversas áreas terapéuticas como neurólogos, neurofisiólogos, neumólogos y pediatras

Los especialistas de la Sociedad Española del Sueño (SES), que se reúnen esta semana en Madrid en la I Jornada SES sobre ‘Controversias en Medicina del Sueño, han advertido que el SAHS residual en los niños puede pasar desapercibido porque cuando el paciente mejora las alteraciones en la respiración durante la noche solo se pueden detectar realizándole un estudio del sueño.

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Estos expertos aconsejan, por tanto, que se realice este estudio a los pequeños que formen parte de los grupos de riesgo que son: los menores de tres años, los niños que padezcan obesidad, y aquellos que presenten una comorbilidad añadida como un diagnóstico inicial de SAHS grave.

Para agilizar el diagnóstico de la apnea recomiendan, además, que se utilice el diagnóstico simplificado –que se basa únicamente en los datos respiratorios– por tratarse de una prueba más sencilla y de más fácil acceso para los pacientes que la polisomnografía –que también incluye datos neurológicos–, pero que resulta igual de efectiva que esta última.

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Actualizado: 1 de agosto de 2017

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