Falsos mitos sobre el café

El consumo moderado de café no resulta perjudicial para la salud de la mayoría de las personas.
Actualizado: 30 de septiembre de 2025
A pesar de su popularidad y de la abundancia de estudios científicos que avalan sus beneficios, históricamente el consumo de café se ha asociado a ciertos mitos urbanos sobre sus efectos negativos que no son del todo ciertos. Que si provoca insomnio, que si sube la tensión, que no conviene tomar más de una taza, que crea adicción o incluso que la leche le resta propiedades. Muchas de estas creencias tienen más de leyenda urbana que de fundamento científico.
Para despejar dudas sobre su fama, aquí tienes la explicación al porqué de muchos de los mitos más extendidos sobre el café:
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Beber café produce insomnio
Es cierto que la cafeína es un estimulante y, consumida en exceso o demasiado cerca de la hora de dormir, puede dificultar el sueño. Las autoridades advierten de hecho que dosis únicas de 100 mg de cafeína pueden afectar la duración y los patrones de sueño en algunos adultos, sobre todo cuando se consumen cerca de la hora de acostarse. Pero la realidad es que, tomado durante el día y de forma moderada no produce insomnio, y es que, no todas las personas metabolizan la cafeína igual: algunos eliminan la sustancia rápidamente y apenas notan sus efectos, mientras que otros son más sensibles. La ciencia indica que el consumo moderado (2 a 4 tazas al día) no interfiere con la calidad del sueño si se evita en las 6 horas previas a acostarse.
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La ingesta de café dispara la tensión
El consumo de café puede provocar un aumento ligero y transitorio de la presión arterial en personas que no están habituadas a consumirlo, pero los estudios muestran que no existe riesgo de sufrir hipertensión arterial si su consumo es moderado y habitual. Esto parece ser debido a que el efecto de la cafeína es contrarrestado con el beneficio de los antioxidantes presentes en el café. Varios estudios señalan que en personas sanas el café no eleva el riesgo de hipertensión ni de enfermedad cardiovascular si se toma con moderación, e incluso en algunas personas puede llegar a reducirlo moderadamente.
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No se puede tomar más de una taza al día
Hoy sabemos que, en la mayoría de las personas, el consumo de cantidades moderadas (de tres a cuatro tazas al día) es seguro y no resulta perjudicial para la salud de la mayoría de los adultos. Aunque dependerá del tipo de café, del modo de prepararlo y de lo acostumbrada que esté la persona a esta bebida. Además, está asociado a menor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, enfermedad de Parkinson y ciertos tipos de cáncer, según diversas revisiones.
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El café crea dependencia
Los estudios indican que cuando a un consumidor habitual de café se le priva de él empieza a sentir fatiga, apatía, somnolencia, dolores de cabeza y ansiedad. Pero la duración de estos síntomas desaparecen pasados unos días. Por tanto, el café no provoca adicción en el sentido clínico que sí generan sustancias como el tabaco, el alcohol o los opioides. Lo que existe es una leve dependencia física: si una persona habituada deja de consumirlo bruscamente, puede notar dolor de cabeza o cansancio durante unos días, pero son síntomas pasajeros, no una adicción real.
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La leche en el café elimina sus propiedades saludables
No hay evidencia de que añadir leche al café “anule” sus beneficios. Los resultados de un estudio llevado a cabo por científicos del Centro de Investigación Nestlé, de Vers-Chez-les-Blanc (Lausana, Suiza) muestran que añadir leche al café no altera la biodisponibilidad total de los polifenoles de esta bebida. Otros estudios incluso sugieren que la combinación puede tener un efecto antioxidante mayor gracias a la interacción entre polifenoles del café y proteínas de la leche. Lo que sí cambia es el aporte calórico, sobre todo si se añaden azúcares o nata.
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Tomar café daña la mucosa del estómago
El café después de comer facilita la digestión porque la cafeína estimula la secreción gástrica, por esta misma razón a personas más sensibles a esta sustancia puede causarles acidez. Se ha culpado al café de ser irritante gástrico, pero los estudios recientes no han encontrado relación entre su consumo moderado y la aparición de gastritis o úlceras. En personas con reflujo o estómago sensible, puede aumentar las molestias, pero eso no lo convierte en una bebida dañina para la población general.
Creado: 16 de noviembre de 2011