Sopas, ensaladas y frutas: ligeros, refrescantes y fáciles de digerir

Si hacemos caso a las clases de ciencias del colegio, el cuerpo humano necesita una temperatura de unos 36-37 ºC para funcionar con normalidad. Cuando la temperatura del exterior es más alta al cuerpo le cuesta menos alcanzar esta temperatura. Deja a un lado los potentes guisos y los platos más contundentes y dale al body más líquidos, menos grasas, menos calorías y más frutas y verduras. La teoría está bien, pero si vas a pasar más de medio día en la playa, ¿cómo puedes comer todo eso?

Para cumplir con la recomendación estrella de tomar tres raciones diarias de fruta y dos de verdura al día, puedes hacerte unas ricas sopas frías (gazpacho, vichyssoise, ajoblanco malagueño y diversas cremas como la de calabaza, pepino o la de calabacín), que se conservarán de maravilla en un termo y te proporcionarán muchos nutrientes y beneficios para la salud.

No te olvides de las ensaladas: las hay ya listas para comer o puedes hacértelas tú en casa. Tienen un bajo contenido en calorías, te sacian, hidratan la piel y no aportan grasa. Combina, además de la lechuga, la pasta y el arroz y, si va a ser un plato único, procura que lleve algo de proteína (atún, queso, pavo, salmón, etcétera). Envásalas en un tupper sin aliñar y añádele el aliño o la vinagreta en el último momento.

Respecto a la fruta, hazte un experto en las de temporada, que son más baratas y tienen más nutrientes. En los meses de más calor encontrarás piña, fresa, ciruela, cereza, sandía, melocotón, albaricoque o melón. Es una de las mejores formas de alimentarse por su aporte de vitaminas, minerales y su alto contenido de líquido. Hazte unas originales macedonias y llévatelas en una tartera pequeña con un tenedor de plástico, será un tentempié de lo más refrescante y sano.