2 millones de niños desarrollan asma por la contaminación del tráfico

Respirar aire contaminado por dióxido de nitrógeno o NO2 –que procede de las emisiones de los vehículos, las plantas de energía y las áreas industriales– puede provocar que millones de niños desarrollen asma cada año.
NIña respirando el aire contaminado de la ciudad

07/01/2022

Un nuevo estudio ha revelado que alrededor de dos millones de los nuevos casos de asma que se diagnostican cada año en niños pueden estar causados por respirar un contaminante relacionado con el tráfico que está presente en el aire, y que constituye un importante problema de salud pública, sobre todo en las grandes ciudades.

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Los autores del trabajo, científicos de la Universidad George Washington, han llevado a cabo otro estudio en el que encontraron que la contaminación del aire urbano estaba relacionada con un exceso de 1,8 millones de muertes a nivel mundial. En el nuevo trabajo, que se ha publicado en The Lancet Planetary Health, evaluaron cuál era la tasa de casos de asma pediátrica provocada por este contaminante en más de 13.000 ciudades.

“Nuestro estudio encontró que el dióxido de nitrógeno pone a los niños en riesgo de desarrollar asma y el problema es especialmente agudo en las áreas urbanas”, afirmó Susan Anenberg, coautora principal del artículo y profesora de salud ambiental y ocupacional en la Universidad George Washington. “Los hallazgos sugieren que el aire limpio debe ser una parte fundamental de las estrategias destinadas a mantener sanos a los niños”.

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El impacto del dióxido de nitrógeno en el riesgo de asma infantil

El asma es una enfermedad crónica que provoca una inflamación de las vías respiratorias y de los pulmones. Anenberg y su equipo analizaron las concentraciones de dióxido de nitrógeno, o NO2, –un contaminante procedente de las emisiones de los vehículos, las plantas de energía y las áreas industriales– en el suelo. Además, buscaron nuevos casos de asma que aparecieron en niños desde 2000 hasta 2019.

Entre los principales hallazgos de la investigación destacan:

  • De los 1,85 millones de nuevos casos de asma pediátrica estimados en el mundo en 2019 que se atribuyen al NO2, dos tercios se produjeron en áreas urbanas.
  • La fracción de casos de asma pediátrica relacionados con el NO2 en áreas urbanas recientemente se ha reducido, debido probablemente a las regulaciones más estrictas sobre aire limpio que han establecido países de ingresos más altos, como los Estados Unidos.
  • A pesar de las mejoras en la calidad del aire en Europa y EE.UU., el aire sucio, y en concreto la contaminación por NO2, se ha incrementado en el sur de Asia, África subsahariana y el Medio Oriente.
  • Los casos de asma pediátrica que se vinculan a la contaminación por NO2 suponen una gran carga de salud pública para el sur de Asia y el África subsahariana.

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En un estudio previo estos investigadores comprobaron que el NO2 se relacionaba con alrededor del 13% de la carga pediátrica de asma a nivel mundial y con hasta el 50% de los casos de asma en las 250 ciudades más pobladas del mundo. La fracción de casos de asma pediátrica relacionados con el NO2 experimentó una reducción del 20% en 2000 al 16% en 2019, lo que indica que disfrutar de un aire más limpio en Europa y algunas zonas de Estados Unidos ha tenido grandes beneficios para la salud de los niños, especialmente para aquellos que residen cerca de carreteras transitadas y de áreas industriales.

“Reducir el transporte impulsado por combustibles fósiles puede ayudar a niños y adultos a respirar mejor y beneficiar la salud con menos casos de asma pediátrica y muertes”

Un segundo estudio realizado por Veronica Southerland en La Universidad George Washington, Anenberg y sus colegas ha encontrado que solo en 2019 1,8 millones de muertes en exceso pueden estar relacionadas con la contaminación del aire de las ciudades, ya que muestra que el 86% de los adultos y niños que viven en urbes de todo el mundo están expuestos a un nivel de partículas finas que supera las pautas establecidas por la Organización Mundial de la Salud.

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“Reducir el transporte impulsado por combustibles fósiles puede ayudar a niños y adultos a respirar mejor y puede generar grandes dividendos para la salud, como menos casos de asma pediátrica y exceso de muertes”, dijo Anenberg. Al mismo tiempo, también reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que conduciría a un clima más saludable”.

 

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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