Cómo tomar el jengibre: infusión, receta y usos en la cocina
Actualizado: 29 de marzo de 2023
El jengibre puede tomarse en sus diferentes presentaciones, esto es: fresco, seco, o en polvo. Habitualmente, la forma más común de tomarlo es tomar la raíz fresca o bien usarla en infusiones:
- Raíz fresca: para consumirla, pela la raíz de jengibre y córtala en rodajas finas, luego agrégalas a tus comidas o bébelas en un té o en una bebida caliente o fría.
- Té o infusión de jengibre: puedes comprar bolsitas de té de jengibre en la tienda o hacer tu propia infusión de jengibre rallando la raíz de jengibre fresca y agregándola a agua caliente. Para preparar una infusión de jengibre utilizaremos un litro de agua y un trozo de la raíz, y después de que el agua hierva, incorporamos el jengibre y dejamos reposar durante unos 3 o 4 minutos para, a continuación, endulzar con miel o limón y tomar. También es habitual añadir manzanilla, naranja o limón a las infusiones de jengibre.
- Aceite esencial: en el caso de los aceites, puesto que la concentración es mayor, no deberían superarse las 9 gotas diarias repartidas en tres tomas.
- Suplementos: también se puede tomar en forma de suplemento en cápsulas o tabletas. Lo habitual es que se tome una cada 8 horas, siempre y cuando un especialista médico lo supervise y determine el período de tiempo en el que tomarlo
- Zumo de jengibre: el jugo de jengibre es otra forma de consumir jengibre. Para hacerlo, pela la raíz de jengibre y pásala por un extractor de jugos. Puedes beber el zumo solo o mezclarlo con otros jugos o bebidas.
Es importante tener en cuenta que el jengibre puede tener efectos secundarios en algunas personas, como problemas gastrointestinales o interacciones con ciertos medicamentos. Por lo tanto, es recomendable hablar con un profesional de la salud antes de comenzar a tomar jengibre como suplemento o si tienes alguna preocupación con su uso.
Usos del jengibre en la cocina
El jengibre es una raíz con un sabor picante y ligeramente dulce que se utiliza en muchas cocinas del mundo por su sabor y por sus beneficios para la salud. Respecto a su empleo en la cocina, esta especia puede utilizarse de muy distintas formas. Desde aliñar ensaladas a sazonar carnes y, por supuesto, es el ingrediente que nunca puede faltar en la preparación de platos con un toque asiático.
Uno de los secretos del toque del jengibre cuando se emplea en la cocina o cuando se preparan infusiones está asociado al momento en el que lo incorporamos al plato o infusión que preparamos. Si lo hacemos al principio de la cocción le dará un sabor más suave, mientras que si se hace al final el efecto será el contrario.
Algunos de los usos del jengibre en la cocina son:
- Aderezo: el jengibre rallado o en polvo se utiliza comúnmente en aderezos para ensaladas y marinados para carnes y pescados.
- Sopas y guisos: el jengibre agrega un sabor y aroma distintivo a sopas y guisos, especialmente aquellos que contienen mariscos, pollo o vegetales.
- Bebidas: se utiliza en muchas bebidas, desde el té de jengibre hasta la cerveza de jengibre y los cócteles.
- Postres: el jengibre también puede utilizarse en galletas de jengibre, pan de jengibre y pasteles de jengibre.
- Platos asiáticos: el jengibre es un ingrediente común en la cocina asiática, especialmente en platos como el curry, el stir-fry y la sopa de miso.
- Smoothies y jugos: se agrega a menudo a los smoothies y jugos para darles un sabor picante y para sus beneficios para la salud.
- Encurtidos: el jengibre encurtido se utiliza a menudo como un aperitivo o condimento en platos asiáticos y en ensaladas.
Receta de pollo al jengibre y miel
Cómo hacer pollo marinado en soja, miel y jengibre.
- 4 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel
- 1/4 taza de salsa de soja
- 2 cucharadas de miel
- 2 cucharadas de jengibre fresco rallado
- 2 dientes de ajo picados
- 1/4 taza de cebolla picada
- 1/4 taza de agua
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- Cebollines picados para decorar
En un tazón mediano, mezcla la salsa de soja, la miel, el jengibre rallado, el ajo picado y la cebolla picada. Mezcla bien para que todos los ingredientes se combinen.
Agrega las pechugas de pollo a la mezcla y cubre bien cada una. Deja marinar durante al menos 30 minutos o hasta 2 horas en la nevera.
En una sartén grande, calienta el aceite de oliva a fuego medio-alto. Agrega las pechugas de pollo marinadas y cocina durante 6-8 minutos por cada lado o hasta que estén doradas y cocidas por completo.
Agrega el agua a la sartén y revuelve bien para que se mezcle con los jugos que ha soltado el pollo. Cocina durante 2-3 minutos más o hasta que la salsa se espese ligeramente.
Sirve las pechugas de pollo calientes con un poco de salsa por encima. Decora con cebollines picados antes de servir. ¡Buen provecho!
Creado: 17 de enero de 2014