Cúrcuma, especia venerada y terapéutica
Ingrediente insustituible del curry, la cúrcuma es más que una especia aromática, ya que ayuda a cuidar el corazón, el hígado y las articulaciones, y representa una prometedora esperanza en la lucha contra el cáncer.

Cómo se toma la cúrcuma: remedios naturales y consejos de uso

Por: Jordi Cebrián

Periodista especializado en plantas medicinales

Actualizado: 2 de enero de 2025

Para muchas personas la cúrcuma no sólo no es una desconocida, sino que forma parte habitual de sus costumbres culinarias. Tener cúrcuma en casa como condimento no solo te ofrece la oportunidad de realzar tus platos, también te brinda un amplio espectro de potenciales apoyos para tu salud y la de tu familia.

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Formas de consumo y presentación de la cúrcuma

El principal componente de la cúrcuma, la curcumina, de manera aislada no se absorbe bien por el organismo, apenas incide sobre nuestros tejidos antes de ser excretado, en cambio sí se absorbe bien cuando se consume entera, en polvos, o en extractos concentrados. 

El secreto mejor guardado para aprovechar al máximo la cúrcuma es combinarla con pimienta negra. La piperina, un compuesto presente en la pimienta, aumenta significativamente la absorción de la curcumina. Además, cocinarla con grasas saludables (aceite de coco, ghee, mantequilla) realza tanto su sabor como sus beneficios, ayudando a evitar efectos secundarios gástricos.

La cúrcuma se presta a diferentes formas de presentación:

  • En polvos, como condimento culinario, con el que aromatizar platos y guisos diversos. Se obtiene del rizoma seco y molido. También se puede mezclar con leche o agua caliente para preparar la "leche dorada".
  • En polvos micronizados –las partículas reducidas al máximo posible–, dosis de 100 mg diarios.
  • En infusión de los polvos, generalmente asociada a otras plantas, 20 g por litro de agua, tres vasos diarios en tratamientos discontinuos. Por ejemplo, puedes hervir rizoma fresco rallado o una cucharadita de cúrcuma en polvo en agua durante 10-15 minutos, y tomarla como té, con miel y limón para mejorar el sabor. De este modo facilita la absorción de antioxidantes y es ideal para calmar inflamaciones leves.
  • En extractos líquidos, concentrados, 25 gotas al día en tres dosis. O en tintura, de 50 a 80 gotas al día en tres o cuatro tomas, mejor si las mezclas con zumo de frutas. 
  • En jarabe, con zumo de limón, para ayudar a perder peso y como desintoxicante.
  • Suplementos de curcumina asociados a complejos de fosfolípidos o de oligoelementos que favorecen su absorción, unos 500 mg diarios en tres dosis.
  • En cápsulas o compimidos. Suelen usarse como suplemento, sobre todo para personas con problemas articulares, digestivos o inflamatorios. Su dosificación debe ser controlada y concentrada, suelen ser de unos 50 mg al día. Su ventaja es que ofrecen una alta biodisponibilidad en formulaciones combinadas con piperina (compuesto de la pimienta negra que potencia la absorción de la curcumina).
  • Aceite esencial de cúrcuma, aplicado externamente sobre la piel inflamada, como fungicida o repelente de insectos, pero también en masaje sobre miembros doloridos a causa de inflamaciones reumáticas y contracturas musculares. Se usa también en aromaterapia para relajar y mejorar el estado de ánimo.
  • Cataplasmas de cúrcuma para curar el acné y sobre otras impurezas de la piel como mascarilla facial. Para prepararla se mezcla cúrcuma en polvo con agua y un poco de aceite (como de coco) hasta formar una pasta. También sirve de base para preparar leche dorada.
  • Cúrcuma fermentada: en productos como bebidas fermentadas (kombucha con cúrcuma) o cúrcuma en polvo fermentada. Ayuda a mejorar la biodisponibilidad de los nutrientes y facilita la digestión.

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Infusión de cúrcuma

Precauciones con la cúrcuma

La toma de cúrcuma para fines terapéuticos no debiera hacerse alegremente, sin tener en cuenta ciertas medidas de prudencia. La cúrcuma como condimento no reviste riesgo alguno, si no se exceden las cantidades razonables.

Como orientación, te ofrecemos las siguientes recomendaciones pero, si tienes dudas, consulta siempre con tu herbolario de confianza.

  • Es desaconsejable un consumo de cúrcuma a dosis altas o en tratamientos muy prolongados. Se han descritos algunos casos de intolerancia o daño hepático, pero de forma más frecuente, en dosis altas, puede causar acidez estomacal o irritación gástrica, náuseas o diarrea. Por ello, personas con antecedentes de úlceras gástricas o gastritis deben consumirla con cuidado.
  • Debe evitarse en caso de obstrucción intestinal. La cúrcuma estimula la producción de bilis, lo que puede ser problemático para personas con cálculos biliares o problemas de obstrucción en las vías biliares.
  • Dado que puede aumentar el flujo menstrual, está contraindicada durante el embarazo si es tomada en forma de extracto concentrado. El consumo en dosis culinarias es seguro, pero las dosis medicinales pueden estimular el útero, aumentando el riesgo de complicaciones. Además, hay poca evidencia sobre su seguridad durante la lactancia.
  • No se recomienda tomarla si se están siguiendo tratamientos con anticoagulantes y antiplaquetarios, como la aspirina, la warfarina o el clopidogrel, para evitar posibles interacciones no deseadas, ya que la cúrcuma tiene efectos que podrían aumentar el riesgo de hemorragias al potenciar estos medicamentos.
  • Tampoco si tomas medicamentos para la diabetes o no la tienes bien controlada, ya que puede bajar los niveles de glucosa en sangre y causar hipoglucemia si se combina con antidiabéticos.
  • Si tomas inhibidores de la bomba de protones (omeprazol) ten en cuenta que podría interferir con la acidez gástrica y alterar la eficacia de estos medicamentos.
  • La cúrcuma podría dificultar la absorción de hierro, por lo que no es recomendable en personas con anemia ferropénica.
  • Los pacientes que se preparan para una cirugía deben suspender su consumo al menos dos semanas antes de una operación para minimizar el riesgo de sangrado excesivo.
  • Si hay antecedentes de alergias a especias de la familia del jengibre (como cardamomo o jengibre), se debe probar en pequeñas cantidades primero.

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Remedios naturales con cúrcuma

Te proponemos algunas fórmulas herbarias o remedios naturales que incorporan cúrcuma y que te puedes preparar tú mismo, o pedir que te elaboren en tu herbolario de confianza con el fin de ayudar a alivio de algunos síntomas de salud relacionados con problemas de hígado, corazón o colesterol.

Fórmula para descongestionar el hígado

Ingredientes: 

Polvos de cúrcuma, cardo mariano, boldo, fumaria, grama, rábano negro y anís verde, 20 g por planta.

Preparación: 

Mezclas a fondo los distintos ingredientes sobre una superficie plana. Separas una cucharada sopera rasa de la mezcla por vaso de agua. Lo pones a hervir 2-3 minutos y dejas en reposo diez minutos más.

Dosis: 

Dos vasos al día, antes o después de las comidas principales.

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Fórmula para bajar el colesterol LDL y los triglicéridos

Ingredientes: 

Polvos de cúrcuma, alcachofera, harpagofito, abedul (hojas) y anís verde.

Preparación: 

Una cucharada sopera de la mezcla a partes iguales por vaso de agua. Lo hierves dos minutos, dejas que repose diez minutos más, y lo cuelas.

Dosis: 

Dos o tres vasos al día para controlar colesterol y triglicéridos, le puedes agregar estevia para compensar el sabor amargo de la alcachofera y el harpagofito.

Fórmula para proteger el corazón

Esta combinación de cúrcuma y otras plantas es una aliada de la salud cardíaca.

Ingredientes: 

Polvos de cúrcuma, jengibre, olivo (hojas), espino albar y grosellero negro.

Preparación: 

Unos 20 g por planta. Mezclas bien las distintas plantas, separas una cucharada sopera de la mezcla por vaso de agua. Lo pones a hervir apenas dos minutos y dejas que repose, tapado, unos diez minutos más, y lo cuelas.

Dosis: 

Uno o dos vasos al día, mejor en ayunas.

Creado: 24 de febrero de 2017

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