Ser vegetariano estricto podría estar determinado por tus genes

Identifican genes que intervienen en el metabolismo de las grasas y en la función cerebral y que podrían explicar la capacidad de una persona para seguir una dieta vegetariana estricta y las preferencias por ciertos alimentos.
Persona joven comiendo humus con verduras

05/10/2023

Las decisiones sobre nuestro tipo de alimentación pueden estar orientadas por las recomendaciones de los expertos, aunque con frecuencia nos influyen las modas, el entorno en que vivimos y, por supuesto, nuestra capacidad económica para llenar la cesta de la compra con alimentos más o menos caros. Sin embargo, es posible que no se nos haya ocurrido pensar que nuestros genes tienen algo que ver con ello. Y parece que sí, ya que una nueva investigación revela que la composición genética de una persona desempeña un papel clave en sus posibilidades de seguir una dieta vegetariana estricta.

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Se trata del primer estudio revisado por pares que analiza la relación entre la genética y el vegetarianismo estricto y ha sido realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en colaboración con científicos de la Universidad de Washington en St. Louis y Edimburgo, Reino Unido. Los hallazgos se han publicado en PLOS ONE y sientan las bases de futuras investigaciones que podrían tener implicaciones sobre las recomendaciones dietéticas y la producción de sustitutos de la carne.

El Dr. Nabeel Yaseen, profesor emérito de patología de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern se preguntó si todos los seres humanos seríamos capaces de subsistir a largo plazo con una dieta vegetariana estricta, ya que una gran mayoría de los que se consideran vegetarianos (alrededor del 48 al 64%) admiten que comen pescado, aves o carnes rojas.

“Si bien las consideraciones religiosas y morales juegan un papel importante en la motivación para adoptar una dieta vegetariana, nuestros datos sugieren que la capacidad de seguir dicha dieta está limitada por la genética”

Según Yaseen, esto sugiere que las limitaciones ambientales o biológicas anulan el deseo de seguir una dieta vegetariana. “Parece que hay más personas a las que les gustaría ser vegetarianos de las que realmente lo son, y creemos que es porque hay algo arraigado aquí que a la gente le puede faltar”.

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Genes que intervienen en el metabolismo de los lípidos y la función cerebral

El objetivo de los investigadores era comprobar si la genética influye en la capacidad de una persona para seguir una dieta vegetariana. Para ello, compararon los datos genéticos del Biobanco del Reino Unido de 5.324 vegetarianos estrictos (que no consumían pescado, aves, ni carnes rojas) con 329.455 controles. Todos los participantes del estudio eran caucásicos blancos para que la muestra resultara homogénea y evitar confusión por origen étnico.

Los investigadores identificaron tres genes que están significativamente asociados con el vegetarianismo y otros 31 genes que están potencialmente asociados. Encontraron, además que varios de estos genes, incluidos dos de los tres principales (NPC1 y RMC1), están implicados en el metabolismo de los lípidos (grasas) o la función cerebral.

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“Un área en la que los productos vegetales se diferencian de la carne son los lípidos complejos”, dijo Yaseen. “Mi hipótesis es que puede haber componentes lipídicos presentes en la carne que algunas personas necesitan. Y tal vez las personas cuya genética favorece el vegetarianismo sean capaces de sintetizar estos componentes de forma endógena. Sin embargo, en este momento, esto es mera especulación y es necesario trabajar mucho más para comprender la fisiología del vegetarianismo”.

Los vegetarianos siguen siendo minoría

Estos científicos explican en su artículo que las principales motivaciones a la hora de adoptar una dieta vegetariana son religiosas y morales, aunque hay estudios que han mostrado los beneficios para la salud de seguir una dieta vegetariana. Es cierto que los vegetarianos siguen siendo una minoría, pero cada vez son más, y en España en 2021 creció un 34% el número de personas veggies, que ya son el 13% de la población (un 1,4% vegetarianas, un 0’8% veganas y un 10,8% flexitarianas), según datos de la Unión Vegetariana Española.

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En opinión de Yaseen el factor determinante por el que la mayoría de la gente prefiere comer productos cárnicos no es solo el sabor, sino también cómo metaboliza su organismo los alimentos. “Si bien las consideraciones religiosas y morales ciertamente juegan un papel importante en la motivación para adoptar una dieta vegetariana, nuestros datos sugieren que la capacidad de seguir dicha dieta está limitada por la genética”, afirma Yaseen. “Esperamos que estudios futuros conduzcan a una mejor comprensión de las diferencias fisiológicas entre vegetarianos y no vegetarianos, lo que nos permitirá ofrecer recomendaciones dietéticas personalizadas y producir mejores sustitutos de la carne”, concluye.

José M. Ordovás, Director de Nutrición y Genómica en la Universidad Tufts de Boston (EEUU), miembro de IMDEA-Alimentación (Madrid) y de CIBEROBN (Instituto de Salud Carlos III), opina en declaraciones a SMC España que “en conjunto, este y estudios previos proporcionan evidencia que apunta a la heredabilidad de las preferencias dietéticas, en este caso específico, el vegetarianismo. La singularidad del trabajo parece residir en su profundo enfoque en los factores genéticos que subyacen al vegetarianismo utilizando un gran conjunto de datos del Biobanco del Reino Unido”.

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El experto destaca, sin embargo, que tiene bastantes limitaciones, como que “se basa en datos dietéticos autoinformados”, que pueden no ser exactos. La población del estudio no es diversa, lo que “puede afectar a la generalización de los resultados, que podrían no extenderse a otros grupos étnicos o culturales”. Y también se desconocen las razones por las que las personas adoptaron el vegetarianismo, “que pueden ser múltiples y con raíces biológicas, psicológicas, culturales, ambientales, religiosas, etcétera. Esa información hubiera sido esencial para diferenciar genes que están más relacionados con el metabolismo de lípidos o aquellos que son expresados en el cerebro”.

También en declaraciones recogidas por SMC España, Marta Ribasés Haro, Coordinadora de la Unidad de Genética psiquiátrica Vall d'Hebron Institut de Recerca, señala: “aunque el estudio respalda evidencia previa que sugiere que existe una base genética en la elección de la dieta, y que esta puede estar relacionada con diferencias en el metabolismo y en la percepción del sabor, estos resultados deben ser considerados preliminares. En caso de confirmarse, la identificación de patrones genéticos asociados al vegetarianismo ayudaría a una mejor comprensión de los mecanismos moleculares subyacentes y permitirían definir recomendaciones dietéticas individualizadas y efectivas basadas en los perfiles genéticos de cada individuo”.

Actualizado: 5 de octubre de 2023

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