Cuidados para tu piercing
Si has decidido ponerte un piercing, estos consejos sobre las precauciones que debes tomar al hacerlo y los cuidados que precisa durante la cicatrización, te permitirán lucirlo sin dañar tu piel, y evitar complicaciones.

Riesgos de ponerse un piercing

Enrique González

Por: Enrique González

Periodista experto en salud y bienestar

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La colocación de un piercing entraña ciertos riesgos de mayor o menor gravedad, según factores como la zona donde se produce la punción, el profesional que la realiza, o las condiciones de salud del cliente. Por este motivo, antes de atravesar alguna parte de tu cuerpo ten en cuenta los problemas que esto te puede acarrear. En la mayoría de ocasiones serán efectos adversos leves, pero también existe el peligro de romper vasos sanguíneos durante la punción, o contraer enfermedades por contagio como la hepatitis B y C o el VIH.

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En cuanto a los efectos adversos, los más frecuentes son inflamaciones, infecciones localizadas o sangrado. Sin embargo, también hay otras, algunas de ellas realmente preocupantes, como pueden ser:

  • Abscesos.
  • Reacciones alérgicas al metal del pendiente o al material que se usa para la punción.
  • Dermatitis.
  • Cicatrices queloides (abultamientos con un tamaño y forma similar a un guisante).

En el caso de los piercing orales, además de estas complicaciones se pueden producir otras como:

  • Ruptura de dientes.
  • Gingivitis.
  • Desgarros.
  • Retracción de las encías.

¿Qué hacer si se infecta tu piercing?

Según diversos estudios, entre un 10 y un 20 por ciento de los piercing se infectan durante la cicatrización. Si es tu caso, debes adoptar medidas urgentes para atajar el problema y evitar complicaciones. La primera es observar el aspecto de la herida y evaluar la necesidad de acudir al especialista si crees que se trata de una alteración grave.

Piercing en el ombligo

En cualquier caso, si se infecta tu piercing puedes tratar el problema mediante unos sencillos cuidados que debes repetir hasta que desaparezca. El tratamiento comienza con la retirada del pendiente (para que no se cierre el agujero puedes sustituirlo por otro que no sea de metal) y la limpieza de la cavidad con agua caliente y jabón antibacteriano.

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Después, aplica un paño caliente que esté limpio durante unos minutos, y seguidamente administra en la zona una solución salina para eliminar los gérmenes. Por último, puedes aplicar una pomada antibiótica.

Creado: 14 de marzo de 2014

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