El té verde, esperanza para reducir los daños del síndrome de Williams

Estudian un compuesto del té verde que podría ayudar a mejorar los problemas cardiacos y cognitivos que sufren los pacientes con el síndrome de Williams-Beuren, una enfermedad rara de base genética.
Tazas de té verde

El té verde contiene epigalocatequina-3-galato, un compuesto beneficioso para el corazón y las neuronas.

05/04/2018

El epigalocatequina-3-galato (EGCG), un compuesto natural que se encuentra en el té verde, ha demostrado en un estudio en ratones su capacidad para reducir los trastornos cardiacos y los déficits de memoria que caracterizan el síndrome de Williams-Beuren (WBS), una enfermedad catalogada como rara que provoca alteraciones en el corazón y en las neuronas, entre otros síntomas, y cuya incidencia es de aproximadamente una de cada 8.000 personas.

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El estudio que ha llegado a esta conclusión –que se ha publicado en la revista PLOS ONE–, ha analizado la eficacia del té verde en ratones de laboratorio durante un periodo de un mes, y ha sido realizado por miembros de la Universidad Pompeu Fabra, en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras, ambos en España.

Los ratones que tomaron durante un mes agua con extractos de té verde mejoraron su hipertrofia cardiaca y redujeron los déficits de memoria

En investigaciones anteriores se encontró que la epigalocatequina-3-galato era beneficiosa para las enfermedades cardiovasculares y las relacionadas con el ámbito cognitivo. Por ello, los autores de este trabajo se plantearon conocer cómo afectaba el té verde a modelos de ratón con el síndrome de Williams. Los resultados revelaron que los animales con esta patología que tomaron durante un mes agua con extractos de té verde mejoraron su hipertrofia cardiaca y redujeron los déficits de memoria a corto plazo.

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El EGCG podría contribuir al tratamiento del síndrome de Williams

La causa de esta enfermedad es la deleción –pérdida de un fragmento de ADN de un cromosoma– de 26 a 28 genes en la banda del cromosoma 7q11.23. Paula Ortiz-Romero, principal autora del estudio, afirma que el EGCG es una catequina natural que estimula la Nrf2 –una proteína que controla los genes que ayudan a proteger las células del daño que causan los radicales libres–, lo que consigue que aumente la expresión de los antioxidantes endógenos del organismo.

Según los propios autores de la investigación, sus hallazgos sugieren que este compuesto del té verde podría provocar un efecto terapéutico, e incluso desempeñar un papel preventivo, en el síndrome de William-Beuren, lo que los anima a seguir investigando para poder probar su efectividad en los seres humanos.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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