La melisa es una planta aromática medicinal con un agradable sabor y propiedades sedantes, digestivas, expectorantes, antivirales y cicatrizantes, entre otras. Conoce todos sus beneficios para la salud.
De la melisa se utilizan con fines medicinales las sumidades floridas, es decir, hojas y flores, en el momento álgido de su floración. Contiene aceite esencial, ácidos fenólicos, mucílagos y taninos, todo lo cual le confieren propiedades sedantes, digestivas, aperitivas, carminativas, antiespasmódicas, diuréticas, expectorantes, coleréticas –estimula la producción de bilis–, antivirales y cicatrizantes.
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Veamos con detalle todos estos usos,beneficios, ypropiedades medicinales de la melisa:
Actúa como un sedante suave, que te ayudará en situaciones de irritabilidad nerviosa, episodios leves de insomnio, insomnio infantil, palpitaciones nerviosas o taquicardias, y migrañas nerviosas. Para alteraciones mentales más graves, como estados de ansiedad leves y puntuales, y en depresiones muy incipientes, los herbolarios la combinan con hipérico, pasionaria y flores de azahar, en tratamientos de largo alcance y en dosis muy equilibradas.
Al sumar un efecto diurético y tranquilizante, la melisa puede ser un aliado para las personas hipertensas, sobre todo si la combinas con otras hierbas que refuercen esta acción, como el tilo, la vincapervinca, o el espino albar.
Como ocurre con otras plantas de su familia –las labiadas–, caso de la menta, la salvia o el orégano, también la melisa destaca por sus virtudes digestivas y aperitivas. Te ayudará a recobrar el apetito tras un episodio de convalecencia o desgana en general, combate los desarreglos digestivos, las digestiones pesadas, la sensación de empacho, los espasmos gastrointestinales, la diarrea y la inflamación gástrica o gastritis. Alivia los gases, los meteorismos y la hinchazón abdominal, y previene el mal aliento y el mal sabor de boca.
Se le atribuye un efecto de estimulación de producción biliar, y por ello se incluye en fórmulas herbarias mixtas para tratar las alteraciones hepáticas, para tonificar las funciones del hígado, y para prevenir la formación de cálculos en la vesícula.
Se comporta como antiviral y expectorante. Ayuda a combatir la infección vírica, como el de la influenza o gripe, reduce la congestión de las vías respiratorias y devuelve el bienestar. Está indicada en caso de bronquitis y procesos asmáticos leves.
La melisa es también una aliada de la salud de la mujer. Alivia los trastornos de la menstruación, en menstruaciones dolorosas o dismenorreas, y algunos de sus diferentes síntomas, como el dolor lumbar, los dolores espasmódicos y la migraña. Se recomienda asimismo para mujeres en la perimenopausia, para aliviar también algunos de sus síntomas, como dolores musculares, migrañas y estados depresivos leves.
Por su acción antiviral, la melisa es un recurso muy recurrente de herbolario para tratar la infección por herpes simple.
Y por vía externa, en lavados y baños, se aplica también como astringente y cicatrizante sobre heridas, llagas, rasguños, y también sobre picaduras de insectos (avispas, tábanos, etcétera).
Otros usos de la melisa
Aprovechando que la melisa desprende un agradable aroma, también puedes utilizar esta planta de las siguientes maneras:
Las hojas de melisa se combinan con té para aportar su fragancia.
En Marruecos, las hojas de melisa se usan para aromatizar el té verde, como alternativa a la menta silvestre.
Las hojas frescas se usan como condimento en guisos de carne y pescado, y también en ensaladas, a las que aportan su característico aroma alimonado.
Las sumidades floridas de melisa se emplean como remedio casero para ahuyentar los insectos, aunque no siempre resulta eficaz.
La melisa se cultiva en tiestos y macetas, su esencia contiene citral y geraniol, compuestos bioquímicos que repelen a los mosquitos.
La esencia de melisa se usa en aromaterapia, en baños o friegas, para tratar problemas nerviosos y digestivos.
La esencia o el extracto de melisa se ha incorporado en algunos cosméticos, como aceites corporales, perfumes y jabones.