Investigadoras del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universitat Politècnica de València (UPV) han conseguido elaborar un bizcocho que resulta más beneficioso para la salud porque contiene inulina para sustituir a las grasas que habitualmente se emplean en su preparación. La inulina es una fibra dietética natural, prebiótica y baja en calorías, que se emplea en la industria alimentaria como fibra añadida, pero que hasta ahora no se había utilizado para reemplazar a las grasas.

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En un momento en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que la obesidad, tanto en niños como en adultos, es ya un problema de salud pública a nivel mundial, y que las enfermedades relacionadas con la dieta de la población supondrán un reto para los gobiernos de los países desarrollados a partir de 2030, las autoras del trabajo que ha dado como resultado este nuevo ‘bizcocho saludable’ –y que se ha publicado en ‘Journal of Food Science’–, han querido responder a la preocupación de los consumidores por adoptar unos hábitos alimentarios más sanos y equilibrados.

Según los catadores, los bizcochos elaborados con hasta un 70% de inulina en sustitución de grasas eran iguales a los preparados de forma tradicional

Para llevar a cabo el estudio, las investigadoras elaboraron bizcochos que contenían diversas concentraciones de inulina –con un mínimo del 35%–, hasta llegar a sustituir el contenido graso en su totalidad empleando un 100% de inulina, y comprobaron los efectos que tenía esta sustancia sobre la textura, el sabor y el color del producto. Además, 60 catadores probaron los diferentes bizcochos para evaluar también la aceptación que podría tener el alimento entre el público.

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Los catadores concluyeron que los bizcochos que habían sido elaborados con hasta un 70% de inulina en sustitución de grasas eran iguales a los preparados de forma tradicional. Esto demuestra, según la investigadora Isabel Hernando, del Grupo de Microestructura y Química de Alimentos de la UPV, que el bizcocho se podría comercializar porque sería aceptado por los consumidores, y como explica la experta, la industria de la alimentación –en la que cada vez se están aplicando más conocimientos de nutrición para conseguir alimentos funcionales que beneficien la salud de la población– no tendría dificultades para sustituir las grasas por inulina.

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Actualizado: 19 de junio de 2018

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