El desajuste entre el sueño y el reloj biológico daña la salud mental

Los problemas de sueño que alteran nuestro reloj biológico interno pueden causar o agravar trastornos psiquiátricos, que se podrían prevenir o aliviar con terapias que tuvieran en cuenta la relación entre sueño, ritmos circadianos y salud mental.
Concepto del reloj biológico interno

22/02/2024

El reloj biológico interno, también conocido como ritmos circadianos, es un sistema interno que regula casi todas las funciones biológicas y fisiológicas en un ciclo de aproximadamente 24 horas. Este reloj interno está presente en prácticamente todos los organismos vivos, incluidos los humanos, y afecta desde patrones de sueño hasta la regulación de la temperatura corporal, la secreción de hormonas, o la digestión. Si está bien sincronizado permite que estas funciones se realicen de manera eficiente y en los momentos adecuados.

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Sin embargo, el reloj biológico puede desajustarse fácilmente por cambios en los patrones habituales, como el trabajo por turnos, la exposición a la luz artificial durante la noche, los viajes que implican un cambio de huso horario y provocan jet lag, etcétera y estos desajustes pueden influir en la calidad del sueño, el estado de ánimo, y el bienestar general. Una nueva investigación ha encontrado ahora que los desajustes entre el sueño y el reloj biológico interno pueden desencadenar o intensificar diversos trastornos psiquiátricos.

El estudio ha sido realizado por un equipo internacional de investigadores de la Universidad de Southampton, King's College London, la Universidad de Bristol y la Universidad de Stanford, entre otras instituciones, que ha revisado evidencias recientes centrándose en adolescentes y adultos jóvenes con trastornos psiquiátricos, un grupo particularmente vulnerable a la aparición de estos trastornos y a las alteraciones del sueño y de los ritmos circadianos.

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Los investigadores han publicado sus hallazgos en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y han destacado que profundizar en la comprensión de la relación entre el sueño, los ritmos circadianos y la salud mental podría abrir la puerta a tratamientos integrales para mitigar problemas psiquiátricos.

“Las alteraciones del sueño y del ritmo circadiano son más comunes de lo que pensamos en todos los tipos de trastornos psiquiátricos”, señala la Dra. Sarah L. Chellappa, de la Universidad de Southampton y autora principal del estudio. “Aunque es conocido el impacto del insomnio en el desarrollo y mantenimiento de estos trastornos, aún falta comprender cómo influyen las perturbaciones circadianas”. “Es crucial entender cómo interactúan estos factores para desarrollar intervenciones que mejoren tanto el sueño como los síntomas de salud mental de los pacientes”, añade.

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Insomnio e hipersomnia: más frecuentes en personas con problemas mentales

Se ha observado que el insomnio es más común en personas con trastornos de salud mental que en la población general, especialmente durante episodios agudos y en el inicio de la psicosis, donde más de la mitad de los individuos tienen dificultades para conciliar y mantener el sueño. Además, entre un cuarto y un tercio de las personas con trastornos del ánimo sufren tanto de insomnio como de hipersomnia, lo que implica dificultad para dormir por la noche y somnolencia diurna. Una proporción similar se observa en personas con psicosis.

Además, estudios sobre trastornos del sueño-vigilia circadianos (CRSWD) indican que el 32% de los pacientes con trastorno bipolar duermen y despiertan más tarde de lo normal (conocido como Trastorno de la Fase del Sueño-Vigilia Retrasada). Se ha reportado que procesos del reloj biológico, como los ritmos endógenos de cortisol, avanzan siete horas durante episodios maníacos y se retrasan cuatro a cinco horas en la fase depresiva. El ritmo se normaliza con un tratamiento exitoso.

“La variabilidad en la duración y el horario del sueño puede causar un desajuste entre nuestro reloj biológico y nuestros ritmos de sueño-vigilia, incrementando el riesgo de trastornos del sueño y consecuencias negativas en la salud mental”

Los investigadores analizaron los posibles mecanismos detrás de las perturbaciones del sueño-circadianas en individuos con trastornos psiquiátricos. Durante la adolescencia, los cambios fisiológicos en el patrón de sueño se combinan con cambios conductuales, como acostarse más tarde y dormir menos durante los días lectivos y más en los fines de semana.

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El Dr. Nicholas Meyer, del King's College de Londres y coautor del estudio, explicó: “Esta variabilidad en la duración y el horario del sueño puede causar un desajuste entre nuestro reloj biológico y nuestros ritmos de sueño-vigilia, incrementando el riesgo de trastornos del sueño y consecuencias negativas en la salud mental”.

Los investigadores también examinaron el papel de los genes, la exposición a la luz, la neuroplasticidad y otros factores. Aquellos con predisposición genética a cambios reducidos en los niveles de actividad entre fases de descanso y vigilia son más propensos a experimentar depresión, inestabilidad del ánimo y neuroticismo. Encuestas a nivel poblacional muestran que el tiempo reportado al aire libre se asocia con una menor probabilidad de trastornos del ánimo. Se piensa que el sueño desempeña un papel clave en la formación de nuevas conexiones neuronales y en el procesamiento de recuerdos emocionales.

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Mejorar el sueño para prevenir y tratar los trastornos mentales

La Dra. Renske Lok, de la Universidad de Stanford y coautora del estudio, ha señalado que “dirigirse a los factores de riesgo del sueño y circadianos ofrece la oportunidad de desarrollar nuevas medidas preventivas y terapias. Algunas de estas son consideraciones a nivel poblacional, como los horarios escolares y laborales, o cambios en el entorno destinados a optimizar la exposición a la luz. Otras son intervenciones personalizadas adaptadas a parámetros circadianos individuales”.

La Terapia Cognitivo Conductual para el Insomnio (CBT-I) ha demostrado reducir síntomas de ansiedad y depresión, así como síntomas de trauma en personas con trastorno por estrés postraumático (TEPT). En la depresión unipolar y bipolar, la terapia de luz (aplicada al levantarse por la mañana) fue efectiva en comparación con un placebo. Utilizarla en combinación con medicación también resultó más efectiva que solo la medicación. Otros hallazgos sugieren que la luz es efectiva en el tratamiento de la depresión perinatal.

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El momento en el que se toman los medicamentos y las comidas y se practica ejercicio también podría influir sobre las fases circadianas. Tomar melatonina por la noche puede ayudar a personas con síndrome de retraso de la fase de sueño y vigilia a adelantar su reloj biológico hacia un patrón de sueño más convencional y podría tener efectos beneficiosos en trastornos psiquiátricos comórbidos. El trabajo en horario nocturno puede afectar negativamente la salud mental, pero comer durante el día en lugar de la noche podría ayudar, ya que hay estudios que muestran que comer de día previene el deterioro del ánimo.

El estudio también destaca intervenciones multidisciplinares innovadoras, como la Intervención Transdiagnóstica para el Sueño y la Disfunción Circadiana (Trans-C), que combina módulos que abordan diferentes aspectos del sueño y los ritmos circadianos en un marco de salud del sueño aplicable a una variedad de trastornos mentales. “En conjunto, la investigación en salud mental está lista para aprovechar avances extraordinarios en el sueño y la ciencia circadiana y traducir estos en una mejor comprensión y tratamiento de los trastornos psiquiátricos” concluye la Dra. Chellappa.

Actualizado: 22 de febrero de 2024

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