La protección ocular frente al sol evita riesgos en la montaña

Los expertos advierten de que la radiación de los rayos ultravioleta aumenta con la altitud en la montaña, y es necesario usar gafas de sol de calidad para prevenir problemas oculares como queratitis o fotofobia, entre otros.
Mujer en la montaña alzando los brazos
Exponerse a una radiación UV excesiva en un breve periodo de tiempo puede causar problemas oculares como fotoqueratitis o fotofobia permanente.

La radiación de los rayos ultravioleta (UV) aumenta un 4% cada 300 metros de altura, por lo que si ya resulta necesario utilizar unas gafas de sol apropiadas siempre que estamos al aire libre, y especialmente durante las horas más soleadas, en el caso de las personas que hacen excursiones a la montaña se convierte en un elemento más de la práctica deportiva.

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Exponerse a una radiación UV excesiva en un breve periodo de tiempo, algo que puede suceder con facilidad y casi sin darnos cuenta durante el verano cuando acudimos a la playa o la montaña, puede tener como consecuencia la aparición de problemas oculares como la fotoqueratitis –una quemadura en la córnea provocada por el sol–, o la fotofobia permanente, un trastorno que hace que el afectado sienta dolor ocular intenso aunque la luz sea tenue.

La acumulación de radiación UV puede tener consecuencias como la aparición de cataratas, tumores o degeneración macular asociada a la edad

Una exposición a la radiación solar en la montaña, aun en ausencia de nieve, es peligrosa para los ojos, una amenaza que se incrementa con la altitud –a mayor altitud la atmósfera bloquea menos UV–, la baja latitud, y por el efecto reflectante de superficies como las rocas, lo que hace imprescindible aplicar fotoprotector solar sobre la piel y utilizar gafas de sol con los filtros apropiados para la actividad que se va a realizar.

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Además, y como advierten los expertos del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO), una exposición continuada a lo largo de muchos años a la radiación UV, aunque sea en pequeñas cantidades, puede dañar la retina y aumenta el riesgo de desarrollar cataratas.

Como ha explicado el presidente del CGCOO, Juan Carlos Martínez Moral, la acumulación de radiación UV puede tener consecuencias como la aparición de tumores o degeneración macular asociada a la edad, lo que podemos prevenir con un gesto tan sencillo como emplear gafas de sol de calidad siempre que estemos al aire libre.

Fuente: Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO)

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Actualizado: 12 de febrero de 2020

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