Prohibir los refrescos en el trabajo vinculado a mejor peso y salud

Prohibir la venta de las bebidas con azúcar en el entorno de trabajo reduce el consumo entre los empleados, lo que se traduce en pérdida de la grasa abdominal, menos colesterol y una mejora en la resistencia a la insulina.
Concepto de refresco y obesidad

30/10/2019

No tener acceso a bebidas azucaradas en el entorno laboral, como refrescos, tés endulzados o bebidas deportivas, podría ser una manera eficaz de reducir su consumo y mejorar la salud de los empleados. Esto es lo que ha corroborado un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco (EE.UU.) que han analizado la salud de 202 empleados de sus campus y de edificios médicos, que no permitieron la comercialización de refrescos en sus instalaciones.

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Cada vez son más los estudios que dan a conocer los efectos negativos de tomar bebidas azucaradas de manera habitual. Los más recientes indicaron que aumentan las probabilidades de cáncer de mama, de enfermedades cardiovasculares y cáncer y hasta reducen el éxito en la concepción de un embarazo. Todo esto podría evitarse si se prohibiese la venta de estos productos en máquinas expendedoras, cafeterías y zonas de descanso del ámbito laboral, según la nueva investigación que se ha publicado en la revista JAMA Internal Medicine.

Los empleados redujeron 2,1 cm de su perímetro abdominal en 10 meses

En este trabajo se encontró que tras 10 meses de análisis los participantes a los que se había restringido el acceso a estas bebidas –aunque no se les prohibió traerlas de casa o salir fuera a comprarlas– redujeron su consumo, tuvieron menos colesterol, bajaron de peso y mejoraron su resistencia a la insulina, factores de riesgo para enfermedades como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares, según Elissa Epel, principal autora del estudio.

El consumo de bebidas azucaradas se redujo casi a la mitad entre los empleados, el 70% d elos cuales vieron presentaron una disminución en el tamaño de la cintura

Concretamente, las personas elegidas tomaban de media unas tres latas diarias de bebidas con azúcar, y después de casi un año de seguimiento esta cifra se redujo un 48,5%, lo que viene a ser la ingesta de una lata y media cada día. Casi el 70% de los participantes tuvo una disminución de 2,1 cm en su perímetro abdominal, la mayoría también bajó de peso y tuvieron mejoras en su resistencia a la insulina.

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Laura Schmidt, otra de las participantes en la investigación, ha aconsejado a los responsables de las empresas que ofrezcan a sus empleados agua natural, con gas o con sabores, tés y cafés sin azúcar en sus máquinas o que instalen fuentes de agua filtradas para que puedan ellos mismos rellenar sus botellas, y logran así una mejora general en su salud.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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