Sofocos en la menopausia, consejos para aliviarlos

Actualizado: 15 de octubre de 2025
Los sofocos son el síntoma más frecuente en la menopausia y también uno de los primeros en aparecer. Constituyen la queja más común de las mujeres en esta etapa y la que más consultas médicas provoca.
- ¿Qué sientes cuando tienes sofocos por la menopausia?
- Sofocos nocturnos: cómo te afectan
- Por qué se producen los sofocos y cuánto duran
- Cuánto duran los sofocos en la menopausia
- Cómo combatir los sofocos en la menopausia
- Recomendaciones para aliviar los sofocos
- Cómo prevenir los sofocos en la menopausia
- Isoflavonas para la prevención de sofocos
¿Qué sientes cuando tienes sofocos por la menopausia?
Suelen comenzar como una repentina sensación de calor en la cara y en la parte superior del pecho, que después se disemina por todo el cuerpo y puede durar entre dos y cuatro minutos. Algunas mujeres sudan durante los sofocos, luego sienten escalofríos y temblores cuando finalizan. Otras pueden tener una sensación de ansiedad o palpitaciones del corazón durante las sofocaciones.
Cada mujer es diferente y se ve afectada de distinta manera, algunas apenas notan sofocos y para otras pueden convertirse en un síntoma realmente molesto. Pueden ocurrir una o dos veces al día o ser mucho más frecuentes, incluso repetirse una vez por hora durante el día y también por la noche.
Los sofocos suelen comenzar unos años antes de la menopausia y durar unos años después. Las mujeres que los padecen los pueden sentir durante un promedio de cinco años, aunque su intensidad va disminuyendo con el paso del tiempo.
Sofocos nocturnos: cómo te afectan
Cuando los sofocos se producen mientras se está dormida se conocen como sudores nocturnos. Aparecen sobre todo en las cuatro primeras horas de sueño y pueden impedir un descanso reparador. Este tipo de sofocos pueden provocar una sudoración intensa y hacer que el sueño se interrumpa, al sentir mucho frío o calor. Esto puede ocurrir una o más veces durante la noche y puede provocar insomnio o trastornos en el sueño y afectar a la calidad de vida de la mujer.
Como resultado de esta intermitencia en su patrón de sueño, la vida cotidiana se ve lógicamente afectada, al desarrollarse otros inconvenientes como cansancio, incapacidad para concentrarse o cambios en el humor. La mujer puede sentirse fatigada e irritable al día posterior, lo que acentúa otros síntomas que acompañan a la menopausia.

Por qué se producen los sofocos y cuánto duran
No se conoce con precisión qué provoca los sofocos, pero parecen estar relacionados con las bruscas variaciones hormonales típicas de la menopausia. Se sabe que los sofocos aparecen por un proceso que se origina en el sistema vasomotor del cerebro. Este proceso se activa cuando existe un descenso en el nivel de estrógenos en el organismo femenino, como ocurre durante la menopausia, y provoca los molestos sofocos.
Recientes investigaciones científicas señalan que las células que en el cerebro funcionan como un reloj biológico que controla el sueño y la vigilia también podrían ser responsables del control de los cambios en la temperatura corporal, que hacen que por la noche baje para poder dormir y por el día suba para permanecer despiertos.
Con la menopausia se altera este ritmo de temperatura, produciéndose picos desiguales durante el día y durante la noche, que serían los causantes de los sofocos, provocando los despertares nocturnos en las mujeres menopáusicas.
Los sofocos también se relacionan con el estrés emocional, las comidas copiosas, el consumo de alcohol y los cambios bruscos de la temperatura.
No todas las mujeres sienten los mismos síntomas durante la menopausia. Depende en buena parte de cómo llegue cada mujer a esta etapa, de su estado de salud, tanto físico como mental. Se estima que en torno al 80% de las mujeres menopaúsicas tendrá sofocos, aunque sólo una de cada cuatro sufrirá este trastorno de forma más intensa, mientras que el resto los podrá soportar con la ayuda de abanicos, ropa holgada, sin fumar, sin engordar y practicando ejercicio moderado.
Cuánto duran los sofocos en la menopausia
Seguro que si los has sufrido te habrás hecho esta pregunta, ¿Hasta cuándo tendré sofocos? Pues bien, no hay una respuesta rotunda al respecto. En algunas mujeres pueden durar una media de uno a tres años, sin embargo, en otras pueden perdurar de una década hasta doce años, y en los peores casos llegar a cronificarse.
Un amplio estudio realizado en 2015 en casi 1.500 mujeres por el Wake Forest Baptist Medical Center, y publicado en JAMA Internal Medicine, concluyó que los síntomas vasomotores frecuentes de la menopausia (SVM), incluidos los sofocos y los sudores nocturnos, duraron más de siete años (7,4 años) durante la transición a la menopausia en más de la mitad de las mujeres participantes, siendo las mujeres afroamericanas las que informaron una duración total más larga de dichos síntomas (10,1 años).
Los resultados del estudio indicaron que en las mujeres que eran premenopáusicas o perimenopáusicas tempranas cuando reportaron por primera vez sofocos y sudores nocturnos frecuentes tuvieron la duración total de SVM más larga (mediana mayor a 11,8 años) y persistencia de SVM frecuente después de un período menstrual final (mediana de 9,4 años). Las mujeres que eran posmenopáusicas al inicio de estos síntomas tuvieron la duración total más corta del SVM después de un período menstrual final (mediana de 3,4 años).
En esta situación están implicados diversos factores personales, de ahí que pueda variar tanto de unas mujeres a otras, influyendo desde causas hereditarias a la alimentación, el índice de masa corporal o el nivel de estrés que se soporte.
Por otro lado, las soluciones que implementes para ponerles remedio, ya sea en forma de hábitos saludables (ejercio, dieta adecuada…) o tratamientos farmacológicos, lógicamente tendrán su impacto en la duración de tus sofocos.

Cuando los síntomas son leves, no es necesario ningún tratamiento para los sofocos.
Cómo combatir los sofocos en la menopausia
Los sofocos durante la menopausia no conllevan ningún peligro, pero pueden causar diversas molestias a las mujeres, e incluso llegar a impedirles realizar sus actividades cotidianas con normalidad.
La menopausia es una etapa fisiológica normal en la vida de una mujer, que no precisa de ninguna medicación especial. Cuando los síntomas son leves, no es necesario ningún tratamiento para los sofocos. Sin embargo, cuando son muy molestos y perturban la calidad de vida existen tratamientos efectivos que pueden combatirlos y que el médico puede aconsejar después de analizar cada caso particular.

Recomendaciones para aliviar los sofocos
Además de estos tratamientos, hay varias recomendaciones sencillas y prácticas que pueden ayudar a combatir los incómodos sofocos:

Cada mujer es diferente y se ve afectada por los sofocos de distinta manera.
Cómo prevenir los sofocos en la menopausia
Los síntomas que acompañan a la menopausia pueden aparecer de manera brusca o de forma progresiva e intermitente. Cada mujer es diferente y se ve afectada de distinta manera. Por lo general, los primeros síntomas que aparecen son vasomotores y son los conocidos sofocos y sudoraciones.
Los sofocos aumentan a medida que disminuyen los estrógenos en la mujer y pueden comenzar antes de que hayan cesado las menstruaciones. Pueden ser más intensos cuando se produce la menopausia (los ovarios dejan de funcionar y la mujer está doce meses seguidos sin regla). Sin embargo, al contrario de lo que ocurre con otros síntomas de esta etapa, que suelen aumentar, los sofocos se reducen con el tiempo. Generalmente, suelen mantenerse una media de cinco años, disminuyen progresivamente y después desaparecen.
La información es un arma eficaz, y el hecho de que la mujer conozca lo que está sucediendo en su cuerpo hará que pueda controlar mejor estos síntomas y contribuir así a evitarlos.
Lo más frecuente es que los sofocos aparezcan de forma espontánea, pero hay algunos factores que pueden desencadenarlos, como el estrés, los cambios de temperatura o una temperatura demasiado húmeda y alta, los espacios cerrados, el abuso del café y el alcohol o las comidas con muchas especias.
Por tanto, una vida tranquila, una dieta sana, el ejercicio moderado y, en general, hábitos saludables pueden contribuir a que los sofocos aparezcan menos o sean menos incómodos. Hablar con el médico también puede ayudar a aclarar las ideas y a elegir una fórmula adecuada para prevenir los síntomas.
Las terapias hormonales sustitutivas, siempre bajo prescripción médica, pueden prevenir los sofocos si no existen contraindicaciones para tomarlas.
Isoflavonas para la prevención de sofocos
También los complementos alimenticios con fitoestrógenos, como las isoflavonas de soja, pueden ayudar en la prevención de los molestos sofocos. En este caso, apenas existen efectos adversos y son una buena alternativa a los tratamientos hormonales. También parecen tener efectos positivos otros productos naturales como la cimicifuga racemosa, el trébol rojo o la raíz de valeriana, tratamientos alternativos para las mujeres que no quieran o no puedan tomar medicación.

Algunas técnicas de relajación y respiración para controlar el estrés también pueden ayudar a controlar los sofocos, al hacer que el organismo libere serotonina.
Hidratarse correctamente, tomando suficientes líquidos, también contribuye a la prevención de estos molestos síntomas, así como usar ropa cómoda, preferiblemente de fibras naturales.
Creado: 26 de febrero de 2016











