Guía del tratamiento del tabaquismo

Sabemos que dejar de fumar no es tarea fácil, pero lo que si debe existir de manera imprescindible es la motivación y la determinación de querer hacerlo. Dejar de fumar supone un gran cambio en nuestra vida y claramente para mejor, aunque es un proceso que dependiendo de la persona puede ser más o menos duro.

Para ayudar en este proceso se ha creado una guía informativa con consejos no sólo para los profesionales sanitarios que atienden a los pacientes que quieren liberarse del humo, sino también para los responsables de la administración de los sistemas sanitarios públicos o privados. Todos pueden ayudar aportando su granito de arena en la lucha contra el tabaquismo.

La Public Health Service y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ponen al servicio de los profesionales de la salud la traducción al español de la prestigiosa Guía del tratamiento del tabaquismo1, un extraordinario documento científico que aporta sugerentes recomendaciones de indudable valor, no sólo para la práctica clínica del tratamiento del tabaquismo, sino también para su docencia e investigación.

Puedes descargártela íntegra y de manera gratuita haciendo clic en este enlace a la Guía del tratamiento del tabaquismo2. Si tienes alguna duda o consulta acude a tu médico él sabrá darte las pautas y recomendaciones para que empieces tu carrera para dejar de fumar, una carrera dura y larga pero que ofrece en la meta muchos beneficios para tu salud y la de los que te rodean.

10 recomendaciones de la Guía de tratamiento del tabaquismo

Estas son sus diez principales recomendaciones para los fumadores:

1. El tabaquismo es una enfermedad crónica que necesita tratamiento continuado: dejar de fumar no suele lograrse en un solo intento. Muchos fumadores necesitan varios intentos y apoyo profesional a lo largo del tiempo. Lo importante es saber que existen tratamientos eficaces que realmente aumentan las probabilidades de éxito a largo plazo.
2. Detectar y registrar siempre si un paciente fuma: es fundamental que los equipos sanitarios pregunten de forma rutinaria si la persona fuma y lo registren en la historia clínica, igual que se hace con otros factores de riesgo. Así se pueden ofrecer ayudas adaptadas a cada caso.
3. El tratamiento funciona en todo tipo de pacientes: los métodos para dejar de fumar son efectivos en personas de distintas edades, géneros y condiciones. Por eso, los sanitarios deben animar a todos los fumadores a intentarlo y a aprovechar tanto el asesoramiento psicológico como los tratamientos farmacológicos disponibles.
4. Incluso una intervención breve puede marcar la diferencia: no hace falta una consulta larga para empezar a ayudar. Una conversación breve y bien dirigida por parte del personal sanitario ya puede motivar al paciente e iniciar el cambio.
5. El acompañamiento psicológico es clave y más eficaz cuanto más intenso sea: las sesiones individuales, grupales o telefónicas aumentan las posibilidades de dejar el tabaco, especialmente si incluyen consejos prácticos para afrontar momentos difíciles y apoyo emocional o social durante el proceso.
6. Los medicamentos son herramientas útiles y eficaces: hay varias opciones farmacológicas seguras para ayudar a dejar de fumar, y deben ofrecerse a casi todos los pacientes, salvo excepciones específicas. Estas opciones reducen los síntomas de abstinencia y aumentan las tasas de éxito.
7. Hay siete tratamientos farmacológicos principales que funcionan bien: estos incluyen dos medicamentos sin nicotina (bupropión y vareniclina) y cinco opciones de terapia sustitutiva de nicotina (parches, chicles, pastillas, inhaladores y sprays). Algunos se pueden combinar para lograr mejores resultados.
8. Combinar asesoramiento y medicación es lo más eficaz: aunque tanto el apoyo psicológico como los fármacos pueden ayudar por separado, la combinación de ambos aumenta mucho más las posibilidades de dejar de fumar con éxito. Siempre que se pueda, se debe recomendar esta estrategia mixta.
9. Las líneas telefónicas de ayuda funcionan y deben estar al alcance de todos: el apoyo por teléfono —como las líneas gratuitas de ayuda al fumador— ha demostrado ser útil en muchas personas. Los sistemas sanitarios deben facilitar su acceso y fomentar su uso como complemento al tratamiento.
10. El tratamiento del tabaquismo es una inversión en salud muy rentable: ayudar a los pacientes a dejar de fumar es eficaz y, además, supone un ahorro a medio y largo plazo para el sistema de salud. Por eso, las aseguradoras y organismos de salud deben garantizar que estos tratamientos estén incluidos en la cobertura sanitaria.

Recuerda que dejar de fumar es un proceso desafiante pero alcanzable con el enfoque adecuado y el apoyo necesario. Esta guía (y otras similares) pueden proporcionar una hoja de ruta clara y basada en la evidencia para ayudar a los fumadores en su camino hacia una vida libre de tabaco.