Dejar de fumar beneficia la salud aunque se engorde

Engordar tras dejar de fumar preocupa a los que desean abandonar el hábito, pero un estudio revela que las personas que dejan el tabaco, aunque engorden, tienen un 49% menos riesgo de morir que los fumadores.
Una mujer corta un paquete de cigarrillos con una tijera
La posibilidad de engordar tras dejar el tabaco preocupa a muchos fumadores

Aumentar de peso tras dejar de fumar es algo que preocupa a los que desean abandonar este hábito, y en muchas ocasiones esta posibilidad les sirve de excusa para seguir fumando. Sin embargo, un nuevo estudio que se ha presentado en el último congreso de la Asociación Americana del Corazón, revela que las personas que consiguen abandonar el tabaco, incluso en el caso de que engorden, tienen hasta un 49% menos riesgo de morir que los fumadores.

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Diversos estudios epidemiológicos han descrito una asociación entre dejar de fumar y el incremento de la masa corporal –que establecen entre tres y cinco kilos–, y estiman que el 70% de las personas que dejan el tabaco aumentan de peso. Este fenómeno se atribuye al papel que desempeñan unas enzimas en el metabolismo de la grasa, que actúan aumentando el hambre y disminuyendo el gasto de energía.

Un estudio revela que las personas que consiguen abandonar el tabaco, incluso aunque engorden, tienen hasta un 49% menos riesgo de morir que los fumadores

La nueva investigación, que ha sido realizada por investigadores del Centro de Exámenes de Salud de Moriguchi en Osaka (Japón), tenía como objetivo evaluar los beneficios para la salud que tenía dejar de fumar a pesar de engordar, en comparación con seguir fumando. Para ello, se estableció un seguimiento sobre 1.305 japoneses que habían dejado de fumar, y 2.803 que fumaron hasta el momento de su muerte.

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Los investigadores establecieron tres grupos entre los exfumadores: los que no aumentaron de peso (el 23%), los que engordaron un máximo de dos kilos (35%), y los que engordaron algo más (37%). Cuando compararon sus historiales médicos con los de los fumadores, observaron que los que no habían variado de peso tenían hasta un 34% menos riesgo de morir; mientras que en el caso de los que engordaron el riesgo disminuía hasta un 49% en el caso de los del primer grupo, y un 26% en el de los que engordaron más de dos kilos.

Esto demuestra que las ventajas de dejar de fumar superan siempre a las de continuar haciéndolo, y que la ganancia de peso no aumenta el riesgo de muerte. Y, lo más curioso, es que los que sí engordaron, pero sin superar los dos kilos, fueron los que menos riesgo de mortalidad presentaron.

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Actualizado: 1 de agosto de 2017

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