Vinculan el insomnio a más riesgo de infarto, sobre todo en mujeres

Encuentran una asociación significativa entre los trastornos del sueño que impiden dormir bien y las probabilidades de sufrir un infarto y sugieren que el insomnio debería incluirse como un factor de riesgo cardiovascular.
Mujer intentando dormir a altas horas de la madrugada

27/02/2023

La pandemia por COVID-19 ha aumentado la incidencia de trastornos mentales y también las alteraciones del sueño se han agravado por su causa. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor del 50% de la población adulta y el 24% de la población infantil no disfrutan de un sueño de calidad. Aunque se recomienda que los mayores de 18 años duerman como mínimo siete horas diarias, expertos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) señalan en un informe que el 25,5% de los españoles duerme menos horas ­–1,7 millones reconocen dormir menos de seis horas al día– y solo un tercio tiene un sueño de ocho horas o más.

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No descansar bien o lo suficiente tiene consecuencias muy negativas para la salud y puede provocar la aparición de enfermedades o empeorar su evolución o sus síntomas. Ahora, una nueva investigación que se ha presentado en el congreso del Colegio Estadounidense de Cardiología, celebrado junto al Congreso Mundial de Cardiología, ha mostrado que las personas que padecen insomnio tienen un 69% más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco comparación con las que no tienen este problema de salud.

Los resultados del estudio se han publicado en Clinical Cardiology y revelan que los individuos que duermen cinco horas o menos cada noche tienen el mayor riesgo de sufrir un infarto, independientemente de su edad, y que este riesgo era mayor en las mujeres. Además, el riesgo de ataque al corazón se duplicaba en el caso de las personas con diabetes e insomnio.

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Insomnio: un peligro para la salud del corazón

Los investigadores revisaron 1.226 estudios, de los que seleccionaron nueve trabajos realizados en Estados Unidos, Reino Unido, Noruega, Alemania, Taiwán y China. En total, analizaron los datos de 1.184.256 adultos con una edad promedio de 52 años, de los que el 43% eran mujeres. El 13% (153.881) de los participantes padecía insomnio, definido según los códigos diagnósticos de la CIE o por alguno de estos tres síntomas: dificultad para conciliar el sueño, dificultad para permanecer dormido, o despertarse temprano sin necesidad. Ninguno de ellos padecía apnea obstructiva del sueño y la mayoría (el 96%) no tenía antecedentes de infarto de miocardio.

Los problemas para conciliar el sueño o para permanecer dormido también se relacionaron con un aumento del 13% en la probabilidad de sufrir un infarto

Después de tener en cuenta otros factores que podrían incrementar las probabilidades de ataque cardíaco, como la edad, el sexo, otras patologías y el tabaquismo, encontraron una asociación estadísticamente significativa entre insomnio e infarto de miocardio, que continuó siendo significativa en todos los subgrupos de pacientes: los más jóvenes y los más mayores y en aquellos con comorbilidades comunes como hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia.

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En concreto, aquellas personas que afirmaron dormir cinco o menos horas por noche tenían 1,38 y 1,56 veces más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco en comparación con las que dormían entre seis y entre siete y ocho horas por noche, respectivamente. Además, Yomna Dean, miembro de la Universidad de Alejandría, en Egipto, y una de las autoras, afirma que “no hubo diferencia en el riesgo de infarto entre los que dormían cinco horas o menos o nueve o más horas por noche”, lo que apoya los hallazgos de trabajos previos que han demostrado que dormir muy poco o demasiado puede ser perjudicial para la salud del corazón. Incluso comprobaron que aquellos que dormían seis horas tenían un menor riesgo de ataque cardíaco en comparación con los que dormían nueve horas.

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Cuando evaluaron los síntomas de insomnio individuales, descubrieron que los problemas para conciliar el sueño o para permanecer dormido también se relacionaron con un aumento del 13% en la probabilidad de sufrir un infarto, mientras que no se encontró una asociación entre el sueño no reparador y el ataque cardíaco, algo que sugiere, según Dean, que “aquellos que solo se quejan de no sentirse descansados ​​al despertar sin falta de sueño no tienen un mayor riesgo de sufrir un evento cardíaco”.

Los investigadores consideran que los resultados de este análisis, que es el que ha incluido a más personas hasta ahora para estudiar la relación entre el insomnio y las enfermedades cardiovasculares y metabólicas indican que “el insomnio debe considerarse e incluirse como un factor de riesgo de desarrollo de ataque cardíaco, por lo que es necesario llevar a cabo mejores estrategias educativas para que se tome conciencia de lo peligroso que puede ser para la salud cardíaca”.

Actualizado: 27 de febrero de 2023

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