El hamamelis favorece la circulación sanguínea y ayuda a tratar varices y hemorroides, pero también es una planta ideal para el cuidado de tu piel gracias a sus propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias e hidratantes.
Las hojas y la corteza del hamamelis se integran en numerosos remedios de herbolario para aliviar una gran variedad de trastornos venosos y dermatológicos, más por vía externa que por vía interna, que también. Las indicaciones terapéuticas principales de este árbol norteamericano quedan resumidas a continuación en estos 20 beneficios del hamamelis para la salud:
Los taninos y los flavonoides son responsables de la potente acción venotónica del hamamelis. Se ha demostrado que aumenta la elasticidad de las venas y la resistencia de los capilares, y que produce una cierta disminución de la permeabilidad de los vasos sanguíneos. Se ha revelado como un apoyo válido para el tratamiento de los trastornos por insuficiencia venosa y mala circulación sanguínea, a lo cual suma su clara acción astringente y hemostática. Se destina a aliviar problemas de venas varicosas, flebitis, edemas y hemorroides, tanto en remedios por vía interna como externa.
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Favorece la circulación y el retorno venoso, y se ha mostrado eficaz para aliviar los diversos síntomas de insuficiencia venosa, como el adormecimiento de dedos y manos, los cosquilleos, los calambres y la sensación de piernas pesadas.
Por vía interna, se emplea como un antidiarreico suave en presencia de cólicos y otros desajustes digestivos con diarreas puntuales.
Se comporta como un diurético eficaz, para ayudar a incrementar el flujo de la orina y favorecer la eliminación de toxinas, aunque en tal caso se suele combinar con otras hierbas claramente diuréticas como el arándano o el abedul.
La gran riqueza en taninos del hamamelis explica también su uso principal como hemostático, antihemorrágico y cicatrizante, para la cura de heridas con o sin sangrado, en hemorragias posafeitado y en hemorragias nasales, pero también en llagas y úlceras de la piel.
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Se ha indicado muy especialmente en el tratamiento de los eritemas o enrojecimiento de la piel por dilatación de los vasos sanguíneos, provocados muchas veces por procesos alérgicos, por infecciones bacterianas, por quemaduras solares o por dermatitis persistentes.
Tiene un poder restaurativo y antiinflamatorio sobre la piel dañada en heridas, cortes, escaldaduras y en quemaduras solares por la exposición excesiva a los rayos UVA. Mejora la hidratación de la capa córnea o externa de la epidermis y favorece la restauración celular.
Combate la inflamación provocada por la picadura de insectos y previene la posible infección.
Se comporta como depurativo y desintoxicante. Se destina a favorecer la eliminación de impurezas de la piel, como granos, acné juvenil, espinillas, forúnculos, etcétera.
Se le atribuye una ligera acción antioxidante por la presencia de flavonoides, que ayudaría a fortalecer la resistencia del organismo contra el ataque de los radicales libres.
Se ha destinado al tratamiento de la dermatitis atópica, lo que se conoce de forma genérica como eccemas, pero los resultados no han sido muy satisfactorios.
Es un planta netamente oftalmológica, indicada, en efecto, para el alivio de conjuntivitis agudas, irritaciones oculares, inflamaciones de los párpados o blefaritis y orzuelos.
Se ha destinado con éxito relativo al tratamiento de infecciones virales por herpes simple.
La decocción de hamamelis, asociada a otras plantas astringentes, antiinflamatorias y mucolíticas, se ha empleado en caso de anginas, faringitis y laringitis, en forma de gargarismos.
Se utiliza también en determinados problemas ginecológicos por su actividad bactericida y astringente, como es el caso de menorragias, dismenorreas y de irritaciones e infecciones vulvovaginales.
En forma de colutorio o enjuague, se ha usado también para tratar sangrados bucales, en encías sangrantes y heridas en la lengua.