Sanidad pone fin a los test y los aislamientos en casos leves de COVID

A partir del 28 de marzo España empezará a tratar el COVID-19 como una gripe, al eliminar los aislamientos en casos leves o asintomáticos, y dejar de hacer test a la población general, vigilando a pacientes mayores y vulnerables.
Fin aislamientos y test en casos leves

23/03/2022

La Comisión de Salud Pública española ha publicado una nueva actualización de la Estrategia de Vigilancia y Control frente al COVID-19, en el que se da un paso más hacia la gripalización del coronavirus. Entre las medidas más destacadas se encuentra la eliminación de los aislamientos en personas asintomáticas o leves y el fin de los test masivos en la población general. La vigilancia se centrará en personas con factores de vulnerabilidad (mayores de 60 años, inmunodeprimidos y embarazadas), ámbitos vulnerables (sanitarios y sociosanitarios) y casos graves.

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Estas medidas entrarán en vigor a partir del próximo lunes día 28 de marzo y se aplicarán siempre que los indicadores de utilización de servicios asistenciales se encuentren en nivel de riesgo bajo. Por tanto, los aislamientos solo serán obligatorias cuando se trate de casos graves y población vulnerable, esto quedará a criterio del personal sanitario. También serán necesarias en las residencias de mayores y en los entornos hospitalarios, independientemente de la gravedad de los síntomas de los contagiados.

Estos aislamientos deberán ser de cinco días y se podrán terminar siempre y cuando hayan pasado 24 horas sin ninguna clase de síntomas relacionado con el coronavirus. En el caso de los sanitarios infectados, se aplicará el mismo procedimiento pero podrá reincorporarse y acabar con el aislamiento con una prueba diagnóstica negativa.

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Pruebas solo a personas vulnerables o con síntomas graves

En cuanto a las pruebas a la población, que se venían haciendo hasta ahora de manera masiva, Sanidad va a limitar las PCR y los test de antígenos a aquellas personas que presenten una sintomatología grave, pacientes inmunodeprimidos, personal vulnerable –sociosanitario o sanitario–, embarazadas y mayores de 60 años, y bajo prescripción médica. Además, ya no serán necesarias estas pruebas en los ingresos hospitalarios ni en los procedimientos quirúrgicos, aunque cada centro podrá requerirlo en situaciones específicas si lo estima conveniente.

Solo se realizarán pruebas diagnósticas a personas con síntomas graves, embarazadas, mayores de 60 años, inmunodeprimidos o personal vulnerable

“El diagnóstico de pacientes con síntomas leves compatibles con COVID-19 se realizará según las necesidades de manejo clínico del mismo. Ante pacientes con síntomas leves compatibles con COVID-19 y sus contactos estrechos no se proponen aislamiento y cuarentena estrictos, y estos se sustituyen por recomendaciones de medidas preventivas (utilización de mascarilla, evitar contacto con vulnerables...). En ámbitos vulnerables, como centros sanitarios asistenciales o sociosanitarios se podrán implementar medidas específicas de aislamiento y control”, recoge el documento.

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Este nuevo paso hacia la gripalización del COVID se ha decidido teniendo en cuenta los datos de la incidencia de la enfermedad en el país, que según el último boletín de datos del Ministerio de Sanidad del 21 de marzo, se encuentra en 386 por cada 100.000 habitantes, pues en los últimos 14 días se han notificado 181.423 casos de nuevas infecciones por el SARS-CoV-2.

Además, se ha reducido la presión en los hospitales y en las UCI, con un 3,78% de las camas ocupadas por coronavirus y un 6,06% en las unidades de cuidados intensivos. El siguiente paso que se está debatiendo es la eliminación de las mascarillas en interiores, como ya han hecho otros países como Francia, Suecia, o Reino Unido.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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