Nueva campaña de vacunación contra el COVID: resolvemos tus dudas

La nueva campaña de vacunación contra el COVID-19 comienza en España el 26 de septiembre para administrar dosis de refuerzo actualizadas contra la variante ómicron. El orden en el que se vacunará a la población será parecido al de otras campañas durante la pandemia y se empezará con los mayores de 80 años y las personas que vivan en residencias y centros socio-sanitarios, y después se irá vacunando progresivamente al resto de la población, según ha informado el Ministerio de Sanidad.

Las nuevas dosis que se van a administrar se han actualizado contra ómicron, que es la variante dominante en estos momentos. Las actuales vacunas bivalentes combinan la cepa original del SARS-CoV-2 con las últimas variantes ómicron (BA.1, o BA.4/BA.5), por lo que te la puedes poner también tras una pauta completa de primovacunación, ya que una dosis extra nos puede ayudar a potenciar la respuesta inmunitaria.

La recomendación de los profesionales sanitarios es que todos nos vacunemos y nunca es tarde para hacerlo porque el coronavirus sigue circulando, y en los dos últimos años se ha podido observar que puede haber una transmisión del virus más importante durante la temporada de invierno. Hay estudios que muestran que la inmunidad que confiere haber pasado la infección no es suficiente y que la respuesta inmunitaria es más amplia y prolongada si también estamos vacunados.

En los últimos meses muchos españoles se han infectado o reinfectado, probablemente por alguna variante ómicron, como la BA.5. Se han hecho estudios para determinar cuánto tiempo convendría esperar para recibir una vacuna tras superar la infección, y en España el Ministerio de Sanidad aconseja que la dosis de refuerzo se administre al menos cinco meses después de haber dado positivo al SARS-CoV-2. De hecho, algunos expertos han recomendado esperar alrededor de seis meses antes de recibir un refuerzo para que el sistema inmunitario tenga tiempo de desarrollar una respuesta completa y potente y optimizar el efecto de la inyección. En cualquier caso, las características y situación de cada persona son diferentes y los tiempos de espera también dependen de estos factores.

Las vacunas han reducido drásticamente los casos de COVID grave, hospitalización y muerte, pero se ha comprobado que la protección que confieren va disminuyendo con el paso del tiempo, especialmente a partir de los seis meses. Por ello, es necesario recibir dosis de refuerzo que reduzcan las posibilidades de contagio o la gravedad de los síntomas del COVID y, además, disminuyan la transmisión del virus durante la temporada de invierno.

Todavía se desconoce cómo se comportará el SARS-CoV-2 a más largo plazo y si las nuevas vacunas, u otras que se están desarrollando, frenarán la transmisión del virus o harán que sus síntomas sean muy leves. Pero, al igual que ocurre con otras enfermedades infecciosas, como la gripe, o la neumonía neumocócica, también es posible que los grupos vulnerables de la población (ancianos, inmunodeprimidos, pacientes con determinadas enfermedades crónicas…) tengan que vacunarse todos los años.

Existen muchas vacunas cuya pauta completa consta de más de cuatro dosis, y otras como la de la gripe se administran todos los años a muchas personas. El hecho de recibir varias dosis de la vacuna contra el COVID no es perjudicial para nuestro sistema inmunitario.

Todavía se están realizando estudios para comparar la efectividad de estos fármacos, pero, en opinión de los inmunólogos, como mínimo tendrán una eficacia similar. Como ya ocurrió cuando se administró la dosis de refuerzo a la población tras la aparición de ómicron a finales de 2021, esta nueva dosis de refuerzo potenciará las defensas de la población y contribuirá a disminuir el número de casos graves en los próximos meses.

Los inmunólogos y epidemiólogos afirman que la mejor vacuna es la que está disponible, y aunque en los próximos meses se publicarán numerosos estudios que indicarán cuál es la combinación de vacunas o las dosis actualizadas más efectivas a nivel poblacional, a nivel individual eso no tiene importancia y no se espera que se vayan a apreciar diferencias significativas, ya que cualquier vacuna potenciará nuestra respuesta inmunitaria para protegernos frente a la oleada de otoño e invierno.

A diferencia de otras vacunas que impiden que contraigamos la enfermedad para la que han sido diseñadas, las vacunas del COVID-19 disponibles hasta ahora no evitan el contagio del SARS-CoV-2, aunque han demostrado su capacidad para reducir la transmisión del patógeno. Sin embargo, al aparecer nuevas variantes se ha observado que esa protección disminuía y duraba solo unos meses. En el caso de las nuevas vacunas adaptadas no sé sabe cuánto tiempo durará su capacidad para limitar dicha transmisión, pero, aunque sean similares a las anteriores, pueden ayudar a reducir el número de casos y, de esta forma disminuir tanto los ingresos hospitalarios y la presión asistencial, como los brotes en zonas con personas vulnerables, como las residencias de ancianos.

Las vacunas adaptadas contra BA.1 se han probado en ensayos clínicos en los que han participado cientos de personas, pero solo se dispone de datos en ratones en el caso de las diseñadas para combatir BA.4/BA.5. Sin embargo, esto es normal y se hace cada año con las vacunas de la gripe, y las vacunas del COVID ya han sido administradas a millones de personas, demostrando su seguridad con creces. La actualización solo supone unos pequeños cambios que no suponen un problema de seguridad.